Un año después del terremoto de magnitud 7.8 que el pasado 16 de abril devastó la costa de Ecuador y dejó 671 muertos, Plan International, organización comprometida con los derechos de la infancia, hace un llamamiento a la comunidad internacional para seguir tomando medidas que promuevan la protección de los más de 250.000 niñas, niños y adolescentes que se vieron afectados por el sismo.
Un año después del terremoto de magnitud 7.8 que el pasado 16 de abril devastó la costa de Ecuador y dejó 671 muertos, Plan International, organización comprometida con los derechos de la infancia, hace un llamamiento a la comunidad internacional para seguir tomando medidas que promuevan la protección de los más de 250.000 niñas, niños y adolescentes que se vieron afectados por el sismo.
“Durante el último año, Plan International ha tenido un importante papel, no solo en la cobertura de necesidades básicas de higiene y alimentación, sino también en garantizar la seguridad y protección de la infancia y adolescencia, especialmente de las niñas”, explicó Rossana Viteri, directora de Plan International Ecuador.
En este primer año, Plan International ha llegado con su intervención en 70 comunidades de Manabí a un total de 83.000 personas de las que 36.900 son niñas, niños y adolescentes. Como parte de la ayuda humanitaria, la organización ha hecho entrega de 7.020 paquetes de alimentos y 5.234 de higiene entre la población más afectada por el seísmo, así como 4.895 kits de albergue.
Además, para abordar el ámbito de la educación y protección, la organización instaló 23 ‘Fábricas de Inteligencias: Espacios Amigos de la Infancia’ y tres escuelas temporales con capacidad para 1.800 estudiantes en Pedernales, epicentro del terremoto, junto a Unicef.
Plan International ha trabajado en protección infantil a través de las ‘Fábricas de Inteligencias’ o Espacios Amigos de la Infancia, espacios seguros donde niñas, niños y adolescentes, a través del juego y del arte, desarrollan habilidades para recuperarse de la crisis y la experiencia traumática. En estos espacios los niños y niñas afectados por el terremoto han recibido apoyo emocional y conocimientos sobre protección y salud. Además se ha trabajado con las madres y los padres para el desarrollo de habilidades de protección y desarrollo de la infancia.
“Hemos aprendido cosas importantes sobre la autoestima, los tipos de violencia y la resiliencia. Me ayudó porque yo quedé muy nerviosa tras el terremoto, pero allí lo superé”, explica Angie Carreño, madre de familia participante en una Fábrica de Inteligencia en Manabí.
Nueva emergencia en Manabí por inundaciones
Pero, a pesar de los avances, “el proceso de reconstrucción y recuperación se está viendo frenado por las inundaciones que están asolando Manabí, la provincia más afectada por el terremoto”, ha asegurado Rossana Viteri.
Plan International está respondiendo a la emergencia por inundaciones dando cobertura a las necesidades más básicas de alimentación e higiene, incluyendo la entrega de kits de agua potable y alimentación, así como de higiene personal. La organización está ofreciendo respuesta en tres provincias más del país que están en alerta por lluvias (Guayas, Santa Elena y Los Ríos), pero Manabí es la que más está sufriendo las consecuencias, especialmente, porque muchas familias han pasado por tres desastres naturales en menos de un año.
“Después de las inundaciones de abril de 2016, del terremoto y del contexto actual, muchas niñas, niños y adolescentes están viviendo en albergues porque sus familias lo perdieron todo. Esto implica que las posibilidades de sufrir algún tipo de violencia aumentan de forma exponencial, especialmente para las niñas y adolescentes mujeres ya que son ellas las que enfrentan a una situación mayor de desprotección en casos de desastres”, afirmó Rossana Viteri.
En su respuesta a la emergencia por las inundaciones, Plan Internacional ha vuelto a instalar sus Espacios Amigos de la Infancia. “Descubrimos que el terremoto sacó a la luz e incrementó problemas que ya existían, como el abuso hacia niñas y niños. La dinámica de estos espacios permitió reforzar muchos aspectos, pero sobre todo la protección”, manifestó Rossana Viteri.
“Un año después del terremoto hemos realizado una evaluación con las niñas y niños que participaron en las Fábricas de Inteligencias y hemos comprobado que recuerdan lo que aprendieron. Reforzamos su autoestima, les dimos herramientas para que desarrollasen su proyecto de vida en emergencias y se convirtieron en niñas y niños con resiliencia”, informó Rossana Viteri. “No queremos que se produzca un retroceso y por eso Plan International está haciendo un llamamiento para que la infancia, y muy especialmente las niñas, reciba la protección necesaria ahora también tras las inundaciones”.