Las niñas y adolescentes, las más vulnerables y discriminadas en las emergencias

En situaciones de emergencia humanitaria, la infancia, pero especialmente las niñas y las adolescentes, corren un alto riesgo de contraer enfermedades o convertirse en víctimas de tráfico infantil, violencia y abusos sexuales.





Invisibles. Discriminadas. Olvidadas. Así se sienten millones de niñas y adolescentes cuando se produce una emergencia. Por cuestiones de sexo y edad, las jóvenes engloban la población más vulnerable durante las crisis y, sin embargo, sus necesidades específicas y los numerosos riesgos a los que están expuestas pasan desapercibidos en los planes de ayuda humanitaria. 

“Con motivo del Día Mundial de la Ayuda Humanitaria, pedimos a Michelle Bachelet, recién nombrada Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un liderazgo firme para defender los derechos de las niñas y adolescentes, que sufren los más terribles abusos de derechos humanos”, apunta Emilia Sánchez, directora de Incidencia Política de Plan International.

“Es imprescindible que las instituciones públicas y sociales doten de fondos suficientes los planes de ayuda humanitaria y que incluyan un enfoque de género y edad para atender las necesidades de las jóvenes adolescentes y hacer frente a los numerosos riesgos a los que están expuestas durante las crisis”, continúa Sánchez.

En contextos de emergencia, cuando las niñas tienen su primera menstruación, aparece el riesgo de embarazo, de matrimonio temprano forzado o aumenta el  peligro de violencia física y, en especial, sexual. “Muchas adolescentes sienten miedo, se aíslan o, si han sufrido algún tipo de abuso, no lo cuentan. En otras ocasiones, se las utiliza como instrumento de guerra y sufren grandes traumas psicológicos”, explica Elisa Paz, coordinadora de Programas en el Oeste de África y América Latina de Plan International.

“Nuestra respuesta habitual en emergencias es crear ‘Espacios Amigos de la Infancia’ para que niños, niñas y adolescentes puedan recuperar la normalidad, jugar, interactuar e iniciar un proceso de recuperación psicológica. En situaciones de emergencia, las estructuras sociales se derrumban, las adolescentes pierden sus espacios de referencia y el contacto con sus padres que tan importantes son en esta etapa de la vida. Las familias tienen tanto miedo de que las puedan atacar o que queden embarazadas que las encierran o limitan sus movimientos. Por esa razón, Plan International está impulsando la creación de espacios dedicados exclusivamente a las jóvenes”, continúa Elisa Paz.

La protección, educación y seguridad de la infancia y la juventud en emergencias es una prioridad para la organización. Plan International siempre tiene en cuenta las particularidades de las niñas y adolescentes, dotándolas de kits para hacer frente a la menstruación o de kits de dignidad que, entre otros elementos, incluye peines, pañuelos para cubrirse, chanclas y ropa interior. 

En contextos de emergencia, cuando las niñas tienen su primera menstruación, aparece el riesgo de embarazo, de matrimonio temprano forzado o aumenta el  peligro de violencia física y, en especial, sexual

El trabajo de Plan International en emergencias

Respondemos a las emergencias desde el primer momento hasta la fase de reconstrucción, y distribuimos paquetes de alimentos, agua, higiene y refugio entre los afectados.  Apoyamos a las comunidades de forma efectiva y centramos nuestros esfuerzos en la protección infantil, física y psicológica, y en restablecer el sistema educativo en las áreas afectadas.

Trabajamos a medio y largo plazo con la puesta en marcha de ‘Espacios Amigos de la Infancia’,  lugares en los que niñas, niños y adolescentes están seguros mientras desarrollan actividades educativas, lúdicas, deportivas y artísticas para recuperar la normalidad en sus vidas y recibir apoyo.