La vida de las chicas refugiadas en Beirut: acoso y aislamiento

Primer informe que refleja las barreras y experiencias a las que se enfrentan las adolescentes refugiadas que viven en contexto urbano, como la ciudad de Beirut.

  • El estudio “Adolescentes en Emergencias: Voces de Beirut”, elaborado por Plan International, refleja las barreras a las que se enfrentan las adolescentes refugiadas que viven en la ciudad de Beirut y es el primero que recoge experiencias en contexto urbano.
  • Elaborado a partir de entrevistas y grupos de trabajo con 400 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años de diferentes nacionalidades, el informe revela que más de la mitad de las niñas refugiadas se enfrentan a violencia y acoso sexual con una regularidad alarmante y preocupante.
  • El 90% de las niñas y jóvenes refugiadas que viven en Beirut no se sienten seguras por la noche.





Las niñas y adolescentes refugiadas que viven en Beirut (Líbano) después de huir de los conflictos de Oriente Medio denuncian que, de forma cotidiana, se enfrentan a la violencia, el acoso, el matrimonio forzado y el aislamiento. Así lo revela el nuevo informe elaborado por Plan International “Adolescentes en Emergencias: Voces de Beirut”, que por primera vez documenta las experiencias de las chicas refugiadas de entre 10 y 19 años en contexto urbano y analiza su percepción sobre las amenazas específicas a las que se enfrentan.

Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas que se celebra el 20 de junio, Plan International lanza este informe, para el que se han entrevistado a un total de 400 chicas que viven en diferentes zonas de la ciudad de Beirut, y que revela que más de la mitad de las niñas y jóvenes se enfrentan a violencia y acoso sexual con una regularidad alarmante y preocupante.

El estudio reúne las voces de niñas y jóvenes iraquíes, sirias, libanesas y palestinas en la capital libanesa, una ciudad de 2.200.000 habitantes que acoge a 239.005 personas refugiadas. La mayoría de las jóvenes, independientemente de su nacionalidad, no se sienten seguras. Casi el 90% de las encuestadas revelaron que temen por su seguridad por la noche mientras que alrededor del 70% dijeron sentirse inseguras si viajan solas por la ciudad durante el día.

“Tenemos demasiado miedo [para salir solas]. Siempre hay hombres borrachos que nos acosan e, incluso los que no lo están, también nos acosan”, relata una chica siria de 18 años que vive en Borj El Brajneh, campamento de refugiados situado a las afueras de Beirut.

El informe elaborado por Plan International registra las percepciones sobre seguridad y principales preocupaciones de las niñas y adolescentes refugiadas. Según el estudio, la mayoría de las chicas se sienten acosadas y perseguidas por los hombres y los niños, mientras que otras se muestran preocupadas por ser secuestradas o violadas.

“La principal preocupación de las niñas y jóvenes refugiadas, independientemente de su nacionalidad y lugar de residencia, es la violencia de género, incluido el acoso sexual. El 42% de las encuestadas afirmaron que las adolescentes como ellas, de su misma edad y nacionalidad, experimentan violencia sexual. La mayoría de las niñas y jóvenes salen a la calle con temores totalmente justificados, y eso repercute en su estado de ánimo y en sus relaciones personales. Desde el trabajo de nuestra organización sabemos que es fundamental asegurar que las jóvenes puedan sentirse plenamente seguras en su lugar de residencia para hacer frente a su situación de una forma más positiva”, subraya Concha López, directora general de Plan International.

El 57% de las encuestadas reportaron que sufren abusos verbales y emocionales, una situación más frecuente en el caso de las niñas y jóvenes sirias. Especialmente en el campo de refugiados de Bourj El Baranej, las jóvenes sirias explicaron que ellas se enfrentan a este tipo de abusos en el lugar donde viven: “Si alguien te acosa, no puedes hacer nada porque eres siria”, cuenta una joven de 15 años.

“Tenemos demasiado miedo para salir solas. Siempre hay hombres borrachos que nos acosan”

Según este informe, otra de las grandes barreras que enfrentan las chicas refugiadas es el matrimonio infantil. Muchas contaron que a sus amigas les obligan a casarse, una práctica que se está volviendo cada vez más frecuente, de acuerdo con la investigación de Plan International. El 10% de las niñas encuestadas dijeron estar casadas ​​o comprometidas. “A algunas niñas, sus padres las obligan a abandonar la escuela para casarse. Todas mis amigas se han casado y ahora tienen hijos”, dice una chica siria de 13 años que vive en Bourj El Barajneh.

El informe también revela que, a pesar de los obstáculos a los que se enfrentan, las chicas refugiadas se sienten ilusionadas sobre su futuro: el 75% dicen sentirse optimistas respecto a su futuro y su comunidad. Además, muestran ambición personal y confianza en la resistencia de sus comunidades.

“A partir de estos resultados queda claro que, si bien las adolescentes tienen vulnerabilidades únicas, también tienen un enorme potencial. Como organización humanitaria nuestro deber no solo es ofrecer programas que protejan a las niñas adolescentes, sino también trabajar para que sea posible que tengan las mismas oportunidades que el resto de las niñas en otras partes del mundo cuyas vidas no han sido interrumpidas por la guerra”, afirma Colin Lee, director del programa regional de Oriente Medio.

La mayoría de las chicas identifican la educación como un arma para tener mejores oportunidades de futuro. Una niña palestina de 13 años cuenta que: “no tenemos nada para el futuro, excepto la educación. Si frenas tu aprendizaje, se te cierran todas las puertas en la cara”.

Con este informe, el cuarto de la serie “Adolescentes en Emergencias” que busca dar voz a las mujeres jóvenes en contextos de crisis, Plan International insta a la comunidad internacional a tomar las medidas necesarias para apoyarlas, entre las que incluye:

  • Reconocer las necesidades específicas de las adolescentes y asegurar que se recoja su punto de vista y participación en la toma de decisiones, diseño e implementación de los programas humanitarios.
  • Abordar las causas fundamentales de la desigualdad de género desde los niveles legislativos, de la familia y la comunidad.
  • Eliminar las barreras que impiden a las niñas en las comunidades de refugiados asistir a la escuela.
  • Garantizar que las chicas tengan acceso a atención médica confidencial, información sobre sus derechos y salud sexual y reproductiva, y espacios seguros donde puedan reunirse, socializar y apoyar a sus compañeras.