Escasez de productos, subida de precios y falta de información: la COVID-19 aumenta los problemas de higiene menstrual

Los precios han aumentado y las economías familiares han empeorado como consecuencia de la pandemia de COVID-19, por lo que niñas, adolescentes y mujeres disponen de menos dinero para comprar productos sanitarios.





La escasez de productos higiénicos, el fuerte incremento de los precios de las compresas y tampones, así como la falta de acceso a información y servicios básicos sobre higiene menstrual están aumentado los problemas de niñas, adolescentes y mujeres de todo el mundo para gestionar su menstruación durante los confinamientos por la pandemia de la COVID-19.  

Estas son algunas de las principales conclusiones del informe Periodos en una pandemia: Gestión de la higiene menstrual en tiempos de la COVID-19, publicado por la ONG Plan International, organización humanitaria que trabaja en la defensa derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, en el marco del Día Mundial de la Higiene Menstrual, que se conmemora el 28 de mayo.

Más de 60 profesionales de la organización, que trabajan en 24 países en el ámbito de la gestión de la higiene menstrual desde las áreas de agua, saneamiento e higiene y de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, han sido entrevistados para esta investigación que ha detectado problemas graves y generalizados en todos los países. 

En concreto, las niñas y las adolescentes están teniendo dificultades para conseguir estos productos debido a las subidas intencionadas de los precios, así como grandes barreras para acceder a servicios de saneamiento y dificultades para conseguir información fiable. 

Por otro lado, en la mayoría de los casos, la reducción de recursos económicos familiares y la imposibilidad de las adolescentes de acceder a la canasta básica, una decisión que generalmente toman los hombres, impiden que se incluya como prioridad los productos de higiene menstrual. Además, en muchos países, los productos menstruales son escasos y especialmente las niñas y adolescentes más vulnerables no tienen acceso a ellos. 

“Estas dificultades existían antes de la pandemia, pero sabemos que el coronavirus está empeorando la situación y agravando las desigualdades. Por eso, la gestión de la salud y la higiene menstrual debe incorporarse como parte fundamental de las respuestas sanitarias y, mientras se mantengan las medidas de confinamiento, es necesario ofrecer a niñas y adolescentes información al respecto, a través de campañas y contenidos formativos”, explica Alba Cuadra, especialista de género en emergencias de Plan International España.

La escasez de productos es uno de los principales problemas identificados por los expertos y, en muchas ocasiones, se debe a que, como las cadenas de suministro se están viendo afectadas por esta situación, las empresas más pequeñas han interrumpido su actividad comercial y, a su vez, el reparto de productos se está retrasando, especialmente en las zonas más remotas. Por otro lado, la interrupción de las cadenas de suministro también ha provocado un aumento significativo del precio de los productos higiénicos y ha generado miedo a que se acaben los productos para la menstruación y se queden los estantes de las tiendas y supermercados vacíos. 

La gestión de la salud y la higiene menstrual debe incorporarse como parte fundamental de las respuestas sanitarias

“Los precios no sólo han aumentado, sino que, como la pandemia ha afectado considerablemente los medios de subsistencia y los ingresos de los hogares, la gente tiene menos dinero que antes de la pandemia de la COVID-19 para comprar productos sanitarios, incluso cuando sí hay productos disponibles”, explica Rosamund Ebdon, directora de Políticas Públicas de Plan International.

El estigma y la vergüenza asociados a la menstruación son cada vez mayores. La falta de acceso a agua limpia para lavarse y a baños con puertas para mantener la privacidad, así como la dificultad para deshacerse de los productos higiénicos son algunos de los desafíos que están enfrentando las adolescentes y las mujeres a la hora de manejar su higiene menstrual de manera privada, segura y digna. Cuando los productos sanitarios son difíciles de obtener, las adolescentes pueden recurrir a alternativas antihigiénicas que pueden aumentar el riesgo de infecciones.

En la región del Pacífico, casi la mitad de las niñas y mujeres encuestadas, el 40%, afirmaron tener problemas para encontrar instalaciones para cambiarse y deshacerse de los productos de forma segura, privada e higiénica.

El informe revela que la pandemia de la COVID-19 ha agudizado los problemas alrededor de la higiene menstrual. Al ser preguntados por los efectos de la COVID-19 en la gestión de la higiene menstrual, los principales problemas identificados por los expertos de Plan International son:

  • un 73% de las personas encuestadas afirma que se ha limitado el acceso a productos higiénicos, ya sea por escasez o por interrupción de las cadenas de suministro;
  • un 68% está de acuerdo con que el uso de instalaciones para cambiarse, limpiarse y deshacerse de los productos sanitarios también se ha limitado;
  • el 58% considera que se ha producido un aumento significativo de los precios de los productos higiénicos; 
  • el 54% está de acuerdo con que hay una falta de acceso a la información sobre el manejo de la higiene menstrual;
  • el 51% confirma que el acceso a agua limpia es menor;
  • el 47% está de acuerdo con que los entornos son menos higiénicos para deshacerse de los productos de higiene sanitaria;
  • el 24% coincide en que se ha producido un aumento del estigma, la vergüenza o las prácticas culturales perjudiciales asociadas a la menstruación.

En este sentido, Plan International hace un llamamiento a los gobiernos y a los organismos sanitarios para que apoyen urgentemente a las niñas, adolescentes y mujeres para gestionar su higiene menstrual de manera segura y digna. Además, solicita que la gestión de la salud y la higiene menstrual se incorpore en las respuestas sanitarias de la COVID-19, con un enfoque especial en las comunidades y personas en situación de mayor vulnerabilidad, y, mientras se mantengan los confinamientos, también se incluya información al respecto en los planes de estudio a distancia.

Plan International está respondiendo a la pandemia de la COVID-19 en más de 50 países, centrándose en la protección de los niños, y especialmente de niñas y adolescentes de las comunidades más vulnerables, contra los efectos de la pandemia.