El 98% de las adolescentes embarazadas en Kenia no van a la escuela, y el 59% de los embarazos entre chicas de 15 a 19 años no son deseados.
El bienestar y desarrollo de miles de niñas en Kenia podría estar en peligro debido al alarmante incremento de embarazos adolescentes no deseados que se han producido desde el inicio del confinamiento por la COVID-19, advierte Plan International, organización humanitaria que trabaja para garantizar los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas.
Los medios de comunicación nacionales han informado de que, de enero a mayo, solo en el distrito de Machakos, situado al sudeste del país africano, alrededor de 4.000 adolescentes han visitado los centros de salud para recibir servicios prenatales, y se teme que en todo el país la cifra ascienda a varios miles de casos.
Desde que se pusieron en marcha las medidas de confinamiento en Kenia, incluido el cierre de escuelas y la restricción de la circulación, para muchas niñas, adolescentes y mujeres el acceso a la información y a los servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos se ha convertido en un gran desafío. A esto se suman las normas sociales en torno a su sexualidad, que afectan a la confianza de las jóvenes a la hora de buscar servicios de salud sexual y reproductiva.
“Es alarmante que tantas adolescentes se hayan quedado embarazadas durante el confinamiento, ya que esto tiene graves consecuencias de por vida para ellas. Desde Plan International estamos muy preocupados por su bienestar, su acceso a la atención médica y otros servicios de salud, que deberían ser esenciales”, señala Concha López, directora general de Plan International.
Según la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo. Las niñas embarazadas y las madres jóvenes corren riesgos aún mayores durante las crisis y emergencias como la actual pandemia de la COVID-19. En Kenia, una encuesta realizada en 2014 reveló que aproximadamente una de cada cinco niñas que asisten a la escuela se queda embarazada a los 20 años y la tasa nacional de embarazos en la adolescencia es del 18%.
“Nuestra investigación muestra que la mayoría de los embarazos adolescentes no son deseados. Incluso antes de la crisis, las niñas, adolescentes y jóvenes en Kenia se enfrentaban a grandes dificultades para acceder a la información y los servicios de salud básicos. Ahora, en medio de una pandemia que está poniendo a prueba incluso los sistemas de salud más fuertes, existe un riesgo real de que se prive la salud y los derechos sexuales y reproductivos, con consecuencias devastadoras para las niñas y las mujeres”, explica Kate Maina-Vorley, directora de Plan International en Kenia.
Estamos muy preocupados por su bienestar, su acceso a la atención médica y otros servicios de salud, que deberían ser esenciales
La experiencia y evidencia en epidemias anteriores indican que, a menudo, los recursos de los servicios de salud rutinarios se desvían para atender la emergencia, lo que reduce aún más el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como a los servicios de salud materna, neonatal e infantil.
Según un estudio de Plan International de 2019, realizado en nueve condados de Kenia, los embarazos no deseados en la adolescencia son un problema enorme para las niñas, ya que afecta notablemente a sus vidas y su futuro. Entre otras cuestiones, la investigación revela que:
- El 98% de las chicas embarazadas no van a la escuela, y el 59% de los embarazos entre adolescentes de 15 a 19 años son no deseados.
- El 45% de las complicaciones graves derivadas de los abortos también se registraron entre las adolescentes.
- Se estima que en Kenia la violencia sexual afecta aproximadamente a un tercio de las niñas -frente a uno de cada seis niños menores de 18 años- pero la mayoría no habla de sus experiencias ni recibe asistencia.
- El 54% de las adolescentes sexualmente activas no tienen intención de quedarse embarazadas, pero no tienen cubierta su necesidad de acceso a anticonceptivos.
En este sentido, Plan International solicita a los gobiernos que den prioridad y financien plenamente la salud y derechos sexuales y reproductivos como parte de sus planes de respuesta a la COVID-19, reconociendo la necesidad de estos servicios, que son esenciales y que salvan vidas. La organización también hace un llamamiento a los gobiernos y al sector privado para que adopten nuevas formas de facilitar información y servicios de salud sexual y reproductiva, incluso a través de las redes sociales, servicios online, la radio y el aprendizaje a distancia, y para que aminoren el impacto de cualquier interrupción en las cadenas de suministro de anticonceptivos y medicamentos esenciales para el VIH. Además, reclama que los gobiernos aseguren que todas las niñas, adolescentes y mujeres puedan salir de sus hogares y acceder a los servicios en persona o a distancia.
Plan International ha lanzado una petición global de fondos con el fin de recaudar 100 millones de euros para proteger a los niños, niñas y adolescentes más vulnerables y a sus comunidades, de los impactos de la COVID-19. La respuesta de la organización, que abarca al menos 50 países y también se está llevando a cabo en España, se centra en atender las necesidades de la infancia y la adolescencia, afectados de manera desproporcionada por las consecuencias de esta crisis.