Tres meses después de la explosión, la infancia en Beirut se enfrenta al hambre, el trauma y la pérdida de educación

Más de 163 escuelas resultaron afectadas por la explosión y muchas familias no cuentan con los recursos económicos para comprar o sustituir los materiales escolares y los dispositivos electrónicos necesarios para la educación a distancia.









Tres meses después de la explosión que arrasó el puerto de Beirut y que dejó alrededor de 190 fallecidos y más de 6.500 heridos, los niños, y especialmente las niñas y adolescentes, están expuestas a los abusos, la violencia y el hambre, así como al abandono escolar y al estrés postraumático, impactos que ponen en riesgo su desarrollo y limitan sus oportunidades de futuro, advierte Plan International, organización humanitaria que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad.

Se calcula que 100.000 niños y niñas se han visto afectados por la explosión, mientras que unos 600.000 han experimentado algún malestar psicológico y necesitan apoyo psicosocial, según datos de Naciones Unidas. Para algunos niños y niñas, el riesgo es aún mayor debido a que han sido alejados de sus hogares y separados de sus padres y madres. 

“Miles de niños y niñas en Beirut se enfrentan a problemas psicológicos, inestabilidad emocional y estrés postraumático no solo como consecuencia de la devastadora explosión en el puerto, sino también por otros problemas que enfrentan las familias, como la crisis económica que atravesaba el país y la pandemia, que ha aumentado los riesgos y exacerbado las vulnerabilidades preexistentes. Es urgente seguir ofreciendo apoyo psicosocial para evitar graves consecuencias en el desarrollo de la infancia”, explica Concha López, directora general de Plan International en España.

Los niños, niñas y sus familias están experimentando niveles significativos de angustia y cambios de comportamiento, tal y como revela la investigación “Bienestar psicosocial de las niñas y los niños después de la explosión de Beirut”, elaborada por Plan International y la organización Right To Play en el Líbano. Con los servicios de salud al máximo de su capacidad, existe un gran riesgo de que mujeres y niñas tengan dificultades para acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva, lo que afecta especialmente a las mujeres embarazadas.

La falta de medios económicos de las familias, que han perdido sus hogares y empleos, unido al aumento de los precios de los materiales escolares derivado de la crisis económica, están haciendo prácticamente imposible que niños, niñas y adolescentes puedan acceder a los materiales y dispositivos necesarios para seguir estudiando a distancia. Además, 163 escuelas privadas y públicas resultaron afectadas por la explosión y requieren de rehabilitación, reparación y sustitución urgente de personal y de equipos, lo que está teniendo consecuencias en la continuidad del aprendizaje de, al menos, 85.000 alumnos y alumnas.

Atención psicosocial para niños, niñas y sus familias 

En el marco del convenio de emergencias con AECID, Plan International España está desarrollando actividades para mejorar la situación, tanto económica como social y de protección, de 1.000 familias que residen en la zona más afectada de Beirut, con particular énfasis en las necesidades de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, especialmente aquellos que se encuentran en hospitales o refugios de acogida.

Además, la organización está repartiendo kits de higiene a 1.200 familias; ofreciendo apoyo psicosocial a 300 niñas y adolescentes; impartiendo sesiones de sensibilización sobre higiene, protección de la infancia y buenas prácticas de cuidado infantil a, al menos, 1.000 padres, madres y cuidadores, así como talleres lúdicos y recreativos a 750 niñas, niños y adolescentes de entre 6 y 15 años.

La educación de las niñas está en peligro

Plan International advierte de que, en todo el mundo, la pandemia está poniendo en peligro los avances conseguidos en el derecho a la educación de las niñas y adolescentes, quienes están más expuestas al matrimonio infantil o el embarazo adolescente, especialmente fuera de las aulas.

Antes de la pandemia, 130 millones de niñas en todo el mundo no iban a la escuela y se estima que este año, 11 millones corren el riesgo de no volver a clase debido a la COVID-19. Se calcula que las crecientes dificultades económicas a nivel mundial, podrían dar lugar a unos 13 millones más de matrimonios infantiles en los próximos 10 años.

La interrupción de las clases no solo está afectando a su educación, sino que también está haciendo que pierdan un acceso esencial a servicios de protección contra la violencia de género, el matrimonio infantil y los derechos sexuales y reproductivos. 

En este sentido, Plan International ha lanzado la segunda fase de su campaña Girls in Crisis, para frenar los retrocesos entorno a la educación de las niñas e insta a los gobiernos de todo el mundo a que las respuestas educativas de emergencia tengan en cuenta las necesidades específicas de las niñas y adolescentes para que no se dé ni un paso atrás.

A través de esta campaña, la organización defiende la educación como herramienta fundamental para que las niñas puedan superar las desigualdades, liberar su potencial y garantizar sus derechos para que puedan mejorar sus oportunidades de futuro.