70 millones de niñas pueden ser víctimas de Mutilación Genital Femenina para 2030

El próximo domingo 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF). Esta lacra podría afectar a 70 millones de niñas en el periodo 2015-2030. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), a su estimación de 68 millones de víctimas de esta forma de violencia de género, se podrían sumar otros 2 millones más debido a la COVID-19.

Los confinamientos, la pérdida de acceso a la educación y los servicios de salud sexual y reproductiva, así como la falta de redes de protección, han supuesto para millones de niñas un mayor riesgo de ser sometidas a mutilación genital femenina. Plan International, organización que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, desarrolla diferentes programas para acabar con esta práctica.

La MGF tiene lugar en, al menos, 96 países de todo el mundo. Más de 200 millones de niñas y mujeres en 31 países de los que existen datos viven con las consecuencias de la MGF. La práctica se lleva a cabo sobre todo en niñas entre su etapa infantil y los 15 años y, en ocasiones, en mujeres jóvenes y adultas.

Concha López, Directora General de Plan International, indica al respecto que: “Millones de niñas y mujeres en el mundo viven con las consecuencias de la mutilación genital femenina y muchas más están en peligro de sufrir esta práctica en los próximos años. Hoy, más que nunca, debemos mantener una política de tolerancia cero con esta práctica y trabajar en materia de sensibilización y educación para que avancemos en un cambio generacional que haga que las madres, padres y comunidades no perpetúen estas prácticas”.

Así mismo, las niñas y mujeres jóvenes tienen más probabilidades de sufrir MGF en un conflicto, una crisis o emergencia humanitaria. Estas circunstancias suelen provocar inestabilidad económica, falta de acceso a servicios de salud y el cierre prolongado de las escuelas, que son lugares donde se genera un entorno protector para las niñas.

La MGF nunca es segura, ni siquiera cuando la llevan a cabo profesionales médicos capacitados. No existe ninguna justificación médica para esta práctica. La MGF no tiene ningún beneficio para la salud y perjudica a las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes. Hay muchos riesgos tanto a corto como a largo plazo: hemorragias graves, problemas para orinar, infertilidad, problemas durante las relaciones sexuales y el parto y problemas psicológicos.

El impacto de la COVID-19 en la práctica de la MGF

La COVID-19 está teniendo un impacto devastador en las tasas de MGF y es necesario acelerar los esfuerzos para eliminar esta práctica nociva, que se ha visto acentuada en el contexto de la pandemia.

Las medidas para luchar contra el virus han obligado a niñas de todo el mundo a pasar más tiempo en casa y menos en la escuela, que suele ser un lugar seguro para ellas. Esta situación las deja en una situación todavía más vulnerable, más expuestas a sufrir cualquier forma de violencia de género, incluida la MGF. Hasta 2 millones de niñas más puedan sufrir MGF de aquí a 2030 como consecuencia directa de la COVID-19; además de los 68 millones de casos que ya se preveían para 2030, según UNFPA.

El trabajo de Plan International

Según una investigación de Plan International en Somalia, país donde existen altos índices de MGF, el 61% de las personas encuestadas en las poblaciones de Hargeysa y Burao, cree que esta práctica ha aumentado a causa de la pandemia, mientras que el 42% de las personas adultas cree que no ir a la escuela ha aumentado el riesgo de sufrirla.

Durante la pandemia, Plan International y sus socios han continuado sensibilizando sobre la necesidad de proteger a las niñas de la MGF. En Somalia, la ONG ha emitido mensajes de radio sobre las devastadoras consecuencias que puede tener en la vida de las niñas, dejando claro que la religión no la exige y haciendo un llamamiento a las comunidades para que dejen de practicarla.

En Burkina Faso, aunque fue prohibida en 1996, el 76% de las mujeres del país de entre 15 y 49 años ha sido víctima de MGF, según datos de UNICEF.

He estado enferma seis años. Es difícil sentarse y caminar, no puedes trabajar. La MGF me ha provocado estar así. El médico me dijo que no se puede tratar aquí, donde vivo, solo en el hospital“.

Es el testimonio de Awa, una superviviente de la MGF en Burkina Faso. Después de dar a luz a su tercer hijo, enfermó. Al vivir en una comunidad remota, con servicios sanitarios limitados, no pudo recibir la atención médica que necesitaba. Plan International ha intervenido para financiar su tratamiento.

La experiencia de Awa la ha convertido en una firme activista contra la MGF en su comunidad. Ahora está decidida a que su propia hija no sufra esta forma de violencia: “cuando estuve enferma, sufrí mucho, así que sensibilizo a la gente para evitar que otras niñas pasen por esto“.

Plan International está trabajando con la Agencia Austriaca para el Desarrollo, y con sus socios en la región burkinesa de Mouhoun, para poner en marcha un proyecto comunitario a través del cual sensibilizar sobre los peligros de la MGF, y para promover el acceso a servicios de planificación familiar y salud sexual y reproductiva.

Puedes colaborar con Plan International para acabar con la mutilación genital femenina a través de este enlace.