La COP26 no ha reconocido la urgencia de la crisis climática

En relación al acuerdo final de la COP26, desde Plan International consideramos que: La COP26 no ha reconocido la urgencia de la crisis climática. Los países más vulnerables a los impactos del cambio climático se han visto obligados a aceptar un acuerdo que, sencillamente, no será suficiente para las comunidades que ya están experimentando efectos devastadores, teniendo en cuenta que los niños y las niñas son los más afectados.

Nos decepciona que los líderes no hayan dado un paso adelante en la financiación para revertir la crisis climática, que es vital para apoyar a las comunidades que la sufren en primera línea. El objetivo de 100.000 millones de dólares al año, fijado hace 12 años y ahora insuficiente para satisfacer las necesidades de las comunidades más vulnerables, sigue sin cumplirse. La promesa de los países desarrollados de duplicar la financiación no es suficiente para atender las necesidades urgentes de los países más vulnerables a la emergencia climática ni para adaptarse a los fenómenos meteorológicos extremos a los que se enfrentan ahora y a los que se enfrentarán en el futuro. Y en lo que respecta a la financiación de las pérdidas y los daños, prioridad básica de los países de bajos ingresos en esta COP26 y clave para avanzar en justicia climática, los países desarrollados ni la han cumplido ni se han comprometido a hacerlo.

La COP26 ha representado una oportunidad única para priorizar y avanzar en la educación climática de calidad, crucial para preparar a los niños, niñas y jóvenes para la crisis a la que se enfrentan. Los propios niños, niñas y jóvenes han pedido a los líderes mundiales que inviertan en la educación sobre la crisis climática. Así mismo, desde Plan International nos hemos sumado a las peticiones de los más jóvenes, con recomendaciones para los gobiernos que recogemos en nuestro reciente informe Reimaginar la acción climática.

No recoge el impacto en la educación de las niñas

Acogemos con satisfacción los compromisos asumidos en el nuevo Programa de Trabajo de Glasgow sobre la Acción para el Empoderamiento Climático (ACE) para fomentar un diálogo durante las sesiones de trabajo, sobre el compromiso y la participación de los niños y los jóvenes en las delegaciones oficiales y un foro anual dirigido a los jóvenes. Lamentablemente, el Programa de Trabajo de Glasgow aprobado en la COP26 no reconoce de forma suficiente el impacto desproporcionado del cambio climático en la educación de las niñas, ni incluye acciones clave para apoyar el acceso a una educación de calidad. A pesar de nuestros esfuerzos junto a otras organizaciones de la sociedad civil, los compromisos siguen sin reconocer el poder de la educación transformadora para la igualdad de género como vía clave para la justicia climática. Tampoco incluye con la suficiente relevancia el compromiso cívico, las habilidades verdes, las habilidades para la vida, los procesos políticos y el activismo y, fundamentalmente, no cuenta con un enfoque basado en derechos.

La combinación de las restricciones de la COVID-19, los problemas de visados, la desigualdad de acceso a la vacunación, los elevados costes de alojamiento, así como las barreras al acceso de la sociedad civil a los espacios clave de toma de decisiones han convertido a la COP26 en una de las más exclusivas e inaccesibles hasta la fecha. Muchas negociaciones y eventos cruciales -y no menos importantes, las negociaciones sobre la participación pública y juvenil- han sido inaccesibles para los que más se juegan frente al clima. Por lo tanto, no es de extrañar que los documentos finales no reflejen la urgencia del momento que vivimos.

Finalmente, la COP26 ha mantenido el compromiso de los 1,5 grados en su agenda. Para los niños y las niñas más excluidos de todo el mundo, la diferencia entre 1,5 y 2 grados más será enorme. Es vital que todos los países acudan a la COP27 en Egipto con planes actualizados, nuevas energías y más fuerza de voluntad para hacer realidad el 1,5 y la justicia climática.