La Campaña Mundial por la Educación reivindica la necesidad de una financiación amplia, rápida y sostenida de la educación en el mundo

En los últimos años la sucesión de conflictos de distinta naturaleza han provocado un escenario de crisis concatenadas. Sus efectos negativos se experimentan día a día en la sociedad. Sin embargo, estos hechos no pueden valer como excusa para limitar o reducir el apoyo en la educación en el mundo. Muy al contrario, estos deben de ser un acicate y una razón poderosa para fortalecer a las comunidades más desfavorecidas.

Siguiendo esta estela, con motivo de la celebración de la Cumbre para la Transformación de la Educación de Naciones Unidas, que se celebra los días 16, 17 y 19 de septiembre en Nueva York, la Campaña Mundial por la Educación (CME), coalición liderada en España por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International, ha presentado su nuevo informe ‘Los desafíos de la financiación internacional en materia educativa. Una oportunidad para la cooperación española’.

Ante este reto, la CME afirma que estamos ante un momento crucial para que los gobiernos den un paso adelante, volviendo a posicionar la educación como una pieza fundamental en la cooperación internacional. Siguiendo la línea marcada por la UNESCO, hacen un llamamiento a la comunidad internacional para priorizar la inversión en educación durante los próximos años con el fin de asegurar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. 

La publicación recoge el impacto que ha tenido la pandemia de la COVID-19 en un contexto humanitario donde las crisis, las emergencias y los conflictos habían dejado de ser coyunturales para hacerse estructurales. Además, afirma que las reacciones de los Estados y otros actores internacionales han sido desiguales a la hora de implementar de forma rápida y eficaz las respuestas específicas que necesitaba la población, especialmente la más vulnerable. Esto ha provocado que se haya agrandado aún más la brecha educativa. Así, actualmente, hay alrededor de 276 millones de niños y niñas fuera de la escuela, 222 millones de ellos debido a diversas crisis humanitarias y, una cifra que oscila entre 10 y 16 millones, son los que no han vuelto a la escuela por los efectos del COVID-19.

Para solventar esta grave situación, el informe apuesta por dejar de lado los grandes discursos y centrarse en aumentar la financiación. Si esto no se produce, alertan de que la política de cooperación en materia educativa seguirá siendo papel mojado y, lamentablemente, las cifras de exclusión educativa en el mundo no dejarán de incrementarse. En este contexto, es primordial mejorar las condiciones del profesorado, sin duda, uno de los elementos más importantes para garantizar una educación de calidad, haciendo frente a la escasez de docentes, a su deficiente cualificación y a las nuevas necesidades de desarrollo profesional. 

En cuanto a España, en 2020 destinó el 5,9% de su Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) a la educación, sin embargo, aún está lejos del compromiso del 20% del total de AOD reclamado por la CME. Respecto a la educación en emergencias, a julio de 2022, fecha de la redacción del informe, el porcentaje de ayuda humanitaria que se destina a educación era de un 16,2%; no obstante, habrá que esperar a final de año para ver cómo queda. Si miramos en años anteriores, la media de la contribución a educación en emergencias de nuestro país desde 2012 a 2022 ha sido del 2,1% según Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Muy alejada del 10% que pedimos las ONG del sector educativo”. 

Ante esta situación, la CME insta a que  la próxima cumbre de Nueva York sea un punto de inflexión para comenzar a mejorar sus contribuciones a la educación en el mundo, recuperando así su peso internacional en la materia. Para cambiar esta dinámica, la CME señala que España debe de establecer compromisos más valientes y decididos que le permitan alinearse entre los donantes más comprometidos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea. 

Para ello, la coalición ha elaborado una serie de recomendaciones al Gobierno y a las Comunidades Autónomas. Unas conclusiones que se han incluido en la consulta nacional para la cumbre y se han hecho llegar a los principales responsables políticos, que asistirán a este foro. Entre ellas, algunas de las recomendaciones dedicadas al Ejecutivo español son: 

  1. Establecer un plan de metas anuales de cara a 2030 para cumplir con el compromiso internacional histórico de dedicar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta a la AOD.
  2. Establecer un plan de metas anuales para conseguir que la AOD total en materia educativa alcance el 20% del total de la AOD en 2030, dedicando al menos un 8% a educación básica y un 3% a Educación para la Ciudadanía Global
  3. Aumentar la ayuda humanitaria al 10% de la AOD total y dentro de esa partida dedicar el 10% del total de la Ayuda Humanitaria a la educación en emergencias para 2030.
  4. Contribuir con recursos en aquellos fondos multilaterales más relevantes especializados en educación como son el Global Partnership for Education y el Education Cannot Wait.
  5. Adoptar decisiones audaces sobre la transformación de la arquitectura financiera internacional. Estas medidas son cruciales si se quiere invertir en el profesorado