El colapso de Sudán es una prueba para la comunidad internacional, y estamos suspendiéndola

“El Consejo de Seguridad de la ONU no puede seguir ignorando su responsabilidad de proteger a los civiles”. 

Firmantes:  

David Miliband: Presidente y CEO de International Rescue Committee 

Inger Ashing: CEO de Save the Children International 

Jan Egeland: Secretario general del Norwegian Refugee Council 

Charlotte Slente: Secretario general del Danish Refugee Council 

Michelle Nunn: Presidente y CEO – CARE USA 

Stephen Omollo: CEO de Plan International 

En medio del silencio ensordecedor de la indiferencia global, la guerra de Sudán cumple 10 meses.

Desde abril de 2023, cerca de 8 millones de personas han huido de sus hogares, de las cuales más de 1.6 millones han buscado refugio en Chad, Sudán del Sur, Egipto, Etiopía y la República Centroafricana, países que ya enfrentan dificultades inmensas. Cerca de 25 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, incluidas alrededor de 5 millones en riesgo de hambruna y casi 7 millones de niños y niñas gravemente desnutridos.  

Las fosas comunes ocultan las atrocidades masivas, sistemáticas y dirigidas que podrían repetirse en cualquier momento a medida que el conflicto avanza. Sin embargo, a pesar de todo esto, Sudán sigue siendo aparentemente invisible para la comunidad global. El Consejo de Seguridad de la ONU, otras instituciones multilaterales clave como la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) y los estados con influencia sobre las partes en conflicto han fallado. No han detenido la violencia.  

Y mientras el Consejo de Seguridad de la ONU hace poco más que condenar los ataques contra civiles y pedir acceso a la asistencia humanitaria, los esfuerzos regionales para resolver la crisis han sido increíblemente lentos y demasiado tibios. Como resultado, los compromisos de las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido para proteger a los civiles y facilitar la entrega de asistencia humanitaria no se han cumplido. Quienes tienen influencia sobre las partes en conflicto han hecho llamamientos débiles a un alto el fuego y han apartado la mirada mientras los requisitos burocráticos obstaculizan la entrada de ayuda.  

Una crisis que empeora

Los civiles sudaneses han mostrado una fuerza extraordinaria. Han forjado redes locales de ayuda mutua, canalizando esfuerzos en la recolección de alimentos, dinero en efectivo y medicinas para ayudar a aquellos en extrema necesidad. Han demostrado que asistir a las regiones más afectadas de Sudán es difícil pero no imposible. 

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la situación humanitaria sigue empeorando. Sudán ahora tiene el triste honor de ser la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo, con más de 3 millones de niños y niñas -de una población de alrededor de 23 millones de niños y niñas- desplazados por la violencia desde mediados de abril del año pasado. 

Hoy, la lucha ha envuelto a más de la mitad del país. La capital, Jartum, es ahora una ciudad fantasma, acosada por el olor de los cuerpos en descomposición dejados en las calles. Los barrios normalmente tranquilos se han convertido en campos de batalla, donde hogares, hospitales, escuelas y mercados han sido bombardeados, saqueados y ocupados. En el sur de Sudán, las ciudades de Kordofán están asediadas ya que la lucha ha cortado las líneas de suministro y las carreteras. 

En diciembre, el estado de Al-Jazirah, antes el granero del país fue testigo de intensos enfrentamientos que llevaron a una nueva ola de desplazamientos, ya que más de medio millón de personas huyeron de sus hogares en busca de seguridad. El estado se había convertido recientemente en un centro de operaciones humanitarias, incluidas las nuestras, y la lucha nos obligó a reubicar a nuestro personal y a pausar nuestras operaciones en el estado. 

Más al oeste, en Darfur, la etnicidad ha determinado la vida o la muerte. La generación nacida durante el genocidio de 2003-2005 ha seguido el éxodo desesperado de sus padres. Más de 600.000 personas ahora han huido a Chad; miles nunca llegaron, ejecutados en sus hogares o en el camino. 

¿Qué se debería haber hecho?

A finales de febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU terminará su misión política en Sudán, en un momento en que su responsabilidad hacia la población del país es mayor que nunca. Las partes en conflicto deben ser responsabilizadas por sus compromisos, y todos los actores deben denunciar cualquier ataque contra civiles y negaciones arbitrarias de acceso humanitario. 

Para permitir que las organizaciones humanitarias lleguen al pueblo sudanés, necesitamos que el Consejo de Seguridad de la ONU exija un acceso humanitario sin restricciones en todo Sudán. El Consejo debe actuar para aprobar una Resolución que inste a todas las partes en conflicto a cumplir con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, incluida la obligación de proteger a los civiles y la infraestructura crítica en la que confían. Esto incluye tomar todas las precauciones necesarias para prevenir violaciones graves contra los niños y niñas y cualquier forma de violencia sexual y de género. El Consejo de Seguridad de la ONU no puede seguir ignorando su responsabilidad de proteger a los civiles. 

Para todas las personas heridas, sin hogar, hambrientas, desposeídas y privadas de su futuro, el Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Africana, la IGAD y los socios regionales deben unirse y demostrar que ya no permanecerán impasibles mientras se cometen violaciones flagrantes y atroces del derecho internacional. Es hora de que las iniciativas diplomáticas dispersas y a veces competitivas, se coordinen y se vuelvan más coherentes. 

El pueblo de Sudán ha sido abandonado, condenado a sufrir en silencio. Después de más de 10 meses, ya es hora de que la valentía del pueblo sudanés sea igualada por las acciones concretas de la comunidad internacional. 

*Este statement ha sido publicado originalmente en The New Humanitarian: https://www.thenewhumanitarian.org/opinion/2024/02/19/sudan-collapse-international-community-we-are-failing-it