La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve las grandes desigualdades de nuestro tiempo, además de hacer aún más evidente la vulnerabilidad del planeta y del equilibro entre nuestra forma de vivir y el medio ambiente. La crisis climática seguirá ahondando en esta desigualdad en el futuro, a menos que actuemos con urgencia. Para garantizar un futuro sostenible, es fundamental apostar por una educación sobre cambio climático que asegure que los niños y las niñas pueden participar y liderar la acción climática.
La crisis climática y los desastres naturales pueden situar a las niñas y adolescentes en riesgo de sufrir abusos contra sus derechos. Cuando las familias y las comunidades están bajo presión, las niñas corren un mayor riesgo de tener que abandonar la escuela, de quedarse embarazadas o de casarse a una edad temprana. En este sentido, el derecho a la educación de las niñas es uno de los grandes damnificados. Se estima que 4 millones de niñas de países con rentas bajas y medias-bajas no acabarán la escuela en 2021 debido a eventos relacionados con el clima. Así mismo, 12,5 millones de niñas podrían no completar sus estudios cada año a partir de 2025 debido al cambio climático
En todo el mundo, 8 de cada 10 jóvenes quiere participar en los procesos de formulación de políticas sobre el clima, como la COP, pero menos de 1 de cada 10 (6%) ha podido hacerlo. Este es uno de los principales hallazgos del informe Reimaginar la acción climática, que analiza la educación y la participación juvenil ante este reto global. Plan International, organización que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, ha llevado a cabo una encuesta online en la que ha recogido testimonios y opiniones de más de 1.800 jóvenes de entre 15 y 24 años de 37 países, incluido España. Además, ha realizado dos talleres con jóvenes, en los que compartieron sus ideas y propuestas para elaborar recomendaciones de acción para los gobiernos.
De cara a la COP26, que se celebra del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow (Reino Unido), Plan International ha hecho llegar el informe y sus recomendaciones al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
“La pandemia ha puesto al descubierto las graves desigualdades globales. La crisis climática es uno de los retos más urgentes que afrontamos y la participación de los y las jóvenes en sus soluciones, con el apoyo y compromiso de los gobiernos, es una cuestión de derechos y de justicia climática. La juventud quiere participar en la toma de decisiones sobre el futuro del planeta, y es fundamental que tengan acceso a una educación que les dé las herramientas y los conocimientos para formar parte de la acción climática”, indica Concha López, directora general de Plan International.
Educación y liderazgo climático juvenil
La educación es un pilar básico para que los niños, niñas y jóvenes conozcan las dimensiones de la crisis climática y puedan aportar a las soluciones, pero 1 de cada 5 encuestados califica su educación climática como mala o muy mala. Además, el 81% de los participantes desconocían dónde encontrar información sobre el Acuerdo de París, el primer acuerdo universal y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático, adoptado en la Conferencia sobre el Clima de París (COP21) en 2015.
El 91% de las y los jóvenes aseguraron que encontraban dificultades para participar en los procesos de toma de decisiones sobre políticas relacionadas con el cambio climático. Los principales obstáculos que señalan pasan por “no haber recibido invitación” a participar o “no saber dónde encontrar información sobre cómo hacerlo”. Del mismo modo, una de las personas jóvenes participante en los talleres de este estudio reconocía que “muchas de mis amistades conocen los procesos y quieren involucrarse, pero no pueden pagar los gastos para asistir a estas conferencias”.
Estas barreras son especialmente graves para niñas y mujeres jóvenes, debido a las normas sociales y de género discriminatorias. La injusticia climática es aún más evidente cuando se cruzan género, edad y pobreza: las niñas de los países con menores ingresos serán quienes sufrirán los peores impactos del cambio climático. Quienes menos han contribuido a la crisis climática, también son quienes menos recursos tienen para hacerle frente.
Recomendaciones de Plan International
Para abordar los retos que revela este informe, Plan International insta a los gobiernos y delegaciones negociadoras en la COP26 a impulsar medidas que promuevan educación que elimine las desigualdades de género e impulse la justicia climática. En este sentido, los gobiernos deben aumentar con urgencia la financiación destinada a este propósito, asignar recursos y financiar la aplicación de la “Declaración sobre la educación de las niñas”, aprobada en la Cumbre del G7; y exigir la mejora del programa de trabajo de Doha para la Acción para el Empoderamiento Climático, apoyando una perspectiva transformadora en materia de género.
Este nuevo informe también recoge una serie de recomendaciones globales encaminadas a fomentar la educación sobre el cambio climático y la participación de la juventud en los procesos de formulación de políticas sobre el clima. En este sentido, se incluyen medidas destinadas a mejorar la aplicación y la pedagogía de los programas de estudio, la formación de los docentes o el acceso a la información sobre las políticas climáticas y la participación en las mismas, entre otras.
Puedes consultar y descargar nuestro informe Reimaginar la acción climática aquí.