En la COP29, Plan International ha trabajado junto con niños, niñas y jóvenes, así como con la sociedad civil, para avanzar en un objetivo ambicioso y equitativo de financiación climática. Aunque la COP29 no ha estado a la altura, el compromiso y liderazgo demostrado por los y las jóvenes sigue siendo un indicador de que aún hay posibilidades de avanzar.
Bajo un acuerdo alcanzado en la COP29, los países del sur global deberían recibir al menos 1.3 billones de dólares al año hasta 2035 para adaptarse a la crisis climática. Aunque este compromiso supone un paso importante hacia adelante, dado que solo 300.000 millones de esta financiación provendrán directamente de los gobiernos de países ricos, aún queda un trabajo significativo por hacer para movilizar los fondos necesarios y convertir este objetivo en una realidad.
Las peticiones de Plan International a los responsables políticos en la COP29 se han basado en una amplia consulta a niños, niñas y jóvenes, incluyendo investigaciones realizadas en las Islas del Pacífico. Una delegación de jóvenes del Sur Global participó activamente en eventos paralelos, negociaciones y otras oportunidades de incidencia.
Plan International, como miembro de la Alianza de Resiliencia Climática de Zurich, ha hecho un llamamiento para establecer un objetivo de financiación climática ambicioso y equitativo. Esto incluye cinco pruebas para asegurar que la financiación climática funcione para todas las personas, con el fin de garantizar que la generación actual de niños, niñas y jóvenes, que son los más afectados por la crisis climática, tengan el apoyo que necesitan.
A pesar de que la COP29 se anunció como la “COP de la financiación climática”, los resultados han quedado muy por debajo de lo esperado para satisfacer las necesidades urgentes de acción climática. Los resultados representan un retroceso significativo para el progreso en términos de equidad, ya que el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés), destinado a definir la escala y ambición de la financiación climática futura, careció de un camino concreto para atender las necesidades de quienes más sufren los efectos de la crisis climática, incluyendo a la infancia, en especial a las niñas.
Se calcula que se necesitan al menos 1.3 billones de dólares en países de rentas bajas para mitigación, adaptación,pérdidas y daños. Según investigaciones de la UNCTAD, la financiación privada, que históricamente nunca ha cubierto más del 19% de las necesidades, no será suficiente para cerrar la brecha.
En palabras de Kupakwashe, una delegada juvenil de 23 años de Australia: “El resultado del NCQG es devastador. La financiación climática no es un lujo. Es un salvavidas para las comunidades que enfrentan el impacto de la crisis climática. Las niñas enfrentan lo peor de la crisis climática, y no podemos arriesgarnos a dejarlas atrás. Necesitamos financiación climática para asegurar la justicia intergeneracional y de género. Desafortunadamente, esta COP desperdició la oportunidad de lograrlo”.
Describiendo el impacto devastador que la crisis climática ya está teniendo en su comunidad, Gloria, una delegada juvenil de 24 años de Uganda, dice: “Nací, crecí y estudié en un pequeño y frágil pueblo cercano al Lago Victoria. A lo largo de los años, las inundaciones, las lluvias irregulares, las tormentas y las sequías han dificultado la vida, especialmente para las niñas y las mujeres jóvenes.
“El cambio climático destruye nuestra agricultura, nuestra única fuente principal de sustento, lo que lleva a más pobreza. Sumado a las normas culturales rígidas, esta pobreza provocada por el cambio climático nos somete a injusticias sociales como el acoso sexual, la violencia de género, los embarazos adolescentes y el abandono escolar forzado debido a las crecientes responsabilidades de cuidado”.
“Esta ha sidouna gran oportunidad pérdida”, señala Kathleen Sherwin, directora de Estrategia y Participación de Plan International. “El no haber definido un objetivo realmente ambicioso debilita las posibilidades de alcanzar una justicia intergeneracional que priorice a las niñas y mujeres jóvenes como parte central de las soluciones.”
Aunque los resultados generales de la COP29 han sido decepcionantes, hay algunos avances importantes.
Si bien el texto negociado del NCQG no ha alcanzado las expectativas en cuanto a financiación, insta a que los esfuerzos de financiamiento climático promuevan la inclusión y los beneficios de las comunidades vulnerables, incluidas mujeres, niñas, niños y jóvenes. Este es un paso vital para asegurar que sus voces sean escuchadas.
Plan International hace un llamamiento para que todos los procesos de la CMNUCC incluyan acciones climáticas sensibles al género y la edad. Celebramos la adopción por parte de la COP29 de un programa de trabajo de Lima mejorado a 10 años, que fomenta la integración de datos desagregados por género y edad y proporciona una hoja de ruta hacia un plan de acción de género renovado para la COP30.
Priorizar el género en todos los procesos de la CMNUCC, con un enfoque específico en las niñas, ayudará a garantizar que las soluciones climáticas sean equitativas y sostenibles, beneficiando a las generaciones actuales y futuras. Lo más importante es que hemos visto un grupo diverso de jóvenes que se han mantenido firmes en su defensa durante la COP29, manteniendo viva la lucha por la justicia climática. Su liderazgo ha sido evidente.
“Los y las jóvenes presentes en la COP29 han mantenido viva la lucha por la justicia climática y de género. Somos nosotros los que seguimos desafiando las estructuras y sistemas para proporcionar esperanza para un futuro justo y equitativo”, dice Tegan, un delegado juvenil de Plan International de 24 años de Australia.
Sharon, una delegada juvenil de 14 años de Tanzania, añade: “Creo que cada niño o niña merece un futuro donde sus sueños puedan prosperar. Por eso los líderes deben comprometerse a asegurar que las políticas climáticas protejan y empoderen a los niños, dándonos una voz para moldear un mundo donde realmente podamos pertenecer”.
De cara a la COP30 en Brasil, está claro que los niños, niñas y jóvenes seguirán siendo fundamentales para impulsar la agenda climática. “La pasión, determinación y compromiso que los jóvenes, especialmente las niñas y mujeres jóvenes, trajeron a la COP29 es un signo de esperanza y optimismo para el futuro, incluso ante los crecientes impactos de la crisis climática”, agregó Sherwin.
A medida que el mundo se prepara para la COP30, es necesario asegurar que las voces de los jóvenes estén al frente. Plan International continuará abogando por compromisos más fuertes hacia la justicia de género, el financiamiento climático equitativo y soluciones intergeneracionales a la crisis climática.