Plan International alerta sobre el impacto del aumento del hambre en la vida de niñas y mujeres jóvenes de todo el mundo

En 2021, 193 millones de personas se enfrentaron a la inseguridad alimentaria aguda, es decir que necesitaban ayuda urgente para sobrevivir, según el último Informe Global sobre Crisis Alimentarias, 40 millones más que en el último estudio. Asimismo, se estima que el 70% de los afectados por el hambre en el mundo son mujeres y niñas.

El conflicto en Ucrania ha disparado los precios mundiales de los alimentos. Un tercio del suministro mundial de trigo procede de Ucrania y Rusia. Ucrania, a menudo llamada el “granero” de Europa, también suministra al mundo aceite de girasol, cebada, maíz y fertilizantes. Países como Líbano, Somalia, Etiopía y Sudán, en los que trabajamos, se encuentran entre los más dependientes de sus importaciones. Incluso antes del estallido del conflicto en Ucrania, los precios internacionales de los alimentos estaban en su punto más alto, con costes hasta un 21% más altos que hace un año.

La crisis climática también afecta especialmente a esta situación. El Cuerno de África está sufriendo la peor sequía en más de 30 años, tras tres temporadas consecutivas de escasez de lluvias. Esto ha llevado a muchas familias a tomar medidas desesperadas para sobrevivir y miles de personas ya han abandonado sus hogares en busca de alimento, agua y pastos.

Concha López, directora general de Plan International, ha destacado que: “la crisis climática y conflictos como el de Ucrania están teniendo consecuencias devastadoras para el hambre en el mundo, impactando de manera especialmente negativa en regiones como el Sahel o el Cuerno de África. Los estados deben prestar atención urgente al impacto que esto puede generar en la vida de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes y atender con urgencia y con los recursos necesarios esta crisis global que ya afecta a millones de personas”.

El impacto del hambre en la vida de las niñas y adolescentes

A medida que las familias y las comunidades se ven sometidas a los impactos del hambre, las niñas y adolescentes tienen más probabilidades que los niños de dejar la escuela, y corren el riesgo de sufrir violaciones de sus derechos como el matrimonio infantil, la violencia por razón de género, la explotación sexual o los embarazos no deseados.

El hambre también es especialmente peligrosa para las adolescentes y mujeres embarazadas. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son ya la principal causa de muerte de las chicas de entre 15 y 19 años a nivel global, y la desnutrición aumenta el riesgo de aborto o de muerte durante el parto.

En algunas comunidades del Cuerno de África, el matrimonio infantil va en aumento. Las familias casan a las niñas, conocidas como “novias de la sequía“, para aliviar la presión sobre los escasos ingresos y obtener el dinero de la dote para la comida y otros gastos. Una niña de 13 años que vive en Somalia nos indicaba que su mayor temor es que la envíen a la ciudad a trabajar o que la casen a cambio de dinero: “cada vez que veo a un hombre hablando con mi madre, me asusto pensando que yo soy parte del trato”.

El trabajo de Plan International

En Plan International contamos con 60 proyectos en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos en 15 países, que atienden directamente a 3,2 millones de personas. Asimismo, tenemos en marcha programas en países como Sudán del Sur, Kenia, Etiopía o Somalia para combatir la inseguridad alimentaria y garantizar el acceso al agua.

El objetivo global de 6.600 millones de dólares para prevenir nuevas hambrunas aún no se ha alcanzado. Los gobiernos y los donantes deben dar un paso al frente urgentemente y cubrir este déficit de financiación.

Colabora y actúa contra el hambre.