La infancia de Gaza no puede esperar más a un alto el fuego

Desde el 7 de octubre, 11.078 personas, entre ellas más de 4.600 niños y niñas, han muerto en Gaza. Ningún conflicto debería llegar nunca a esta escalada de violencia. Desde Plan International exigimos un alto el fuego completo e incondicional de inmediato y condenamos la muerte de civiles, especialmente de niños y niñas. 

La violencia en la que Gaza sigue viviendo es devastadora: los niños y niñas gazatíes sufren los traumas que supone vivir en medio de una guerra y necesitan apoyo psicosocial de forma urgente. Las condiciones de vida y la seguridad general, tanto de la infancia como de los civiles, se deteriora día a día. Además, las infraestructuras hospitalarias están sufriendo daños o han dejado de funcionar como es el caso del hospital Al-Shifa, el mayor complejo médico de Gaza, donde los pacientes y el personal sanitario se encuentran encerrados sin poder salir. 

Los ataques contra hospitales de toda Gaza deben parar y, además, debe permitirse que llegue a ellos el combustible que necesitan para alimentar sus generadores. Actualmente, en el hospital Al-Shifa, 36 bebés prematuros necesitan cuidados intensivos; sin acceso a incubadoras, es poco probable que sobrevivan. 

Los hospitales deberían ser un lugar donde se salvan vidas y, sin embargo, nos llega información de que el personal sanitario está preparando un entierro masivo en el recinto del hospital para enterrar 180 cadáveres de pacientes que no pueden ser trasladados debido a los combates.   

Instamos a todas las partes implicadas en el conflicto a que respeten estrictamente el derecho internacional humanitario y esto implica: no atacar establecimientos y unidades sanitarias, incluidos los hospitales, y a las personas heridas y enfermas, así como al personal médico y los medios de transporte.  

El 50% de los hospitales está sin funcionar en Gaza

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que hay 27.490 heridos en Gaza, 9.137 de los cuales son niños y niñas, sin embargo, el 50% de los hospitales no pueden funcionar adecuadamente, lo que alerta de una catástrofe de salud pública inminente. 

La OMS también afirma que en Gaza hay 35.000 personas con enfermedades no transmisibles, como diabetes, cardiopatías y cáncer, que necesitan tratamiento. Sin combustible para bombear las aguas residuales y eliminar los residuos, el cólera y otras enfermedades transmisibles se propagarán con facilidad y es probable que más personas enfermen y mueran. 

Desde el 16 de noviembre, los informes del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) indican que las aguas residuales han empezado a fluir por las calles de Gaza. 

Los trabajadores y trabajadoras humanitarios nunca deben ser un objetivo

El OOPS también ha informado de que más de 101 de sus empleados han muerto en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, el mayor número de trabajadores humanitarios que han perdido en tan poco tiempo. Los niños y niñas, los hospitales, los profesionales médicos y los trabajadores humanitarios deben ser protegidos.   

Plan International sigue exigiendo la liberación inmediata de los rehenes: según las autoridades israelíes, más de 239 personas permanecen cautivas en Gaza y, según la ONU, al menos 30 de los cautivos son menores de edad. Es probable que estos niños y niñas, de los que no se sabe nada desde hace más de un mes, estén sufriendo enormes traumas y necesiten atención y apoyo emocional.  

En Gaza hay 1,5 millones de personas desplazadas y 588.000 buscan refugio en zonas habilitadas por la UNRWA donde, de media, cada retrete es compartido por 160 personas y cada ducha por 700 personas. Estas condiciones son inseguras e insuficientes – el primer paso para salvar vidas y proporcionar apoyo crítico a los niños, niñas y sus familias es un alto el fuego inmediato y completo ahora.   

El combustible necesario para las operaciones humanitarias

Acogemos con satisfacción la adopción de la esperada Resolución 2712 del Consejo de Seguridad de la ONU que, en parte, recuerda a todas las partes sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, y pide “pausas humanitarias urgentes y prolongadas”. Es un primer paso crucial para proteger y apoyar mejor a los civiles de Gaza, pero ahora debe convertirse en realidad. Las partes en conflicto y todos los Estados miembros de la ONU tienen el deber de cumplirlo.  

Debe permitirse la entrada de combustible en Gaza inmediatamente: las organizaciones humanitarias y los civiles de Gaza no pueden esperar más. La UNRWA ha anunciado que las operaciones humanitarias se detendrán de forma inminente si no puede entrar combustible. 

Los niños y niñas son inocentes y siempre pagan el precio más alto de la guerra. Estamos desolados por los ataques contra hospitales, escuelas y campos de refugiados de Gaza, y por el absoluto desprecio de las obligaciones del derecho internacional humanitario. Esto tiene que acabar. Ahora.