Plan International hace un llamamiento al G7 para que cumplan sus compromisos ante la crisis alimentaria actual

En el marco de la reunión de los líderes del G7, que se celebra este año en Alemania entre el 26 y 28 de junio, Plan International ha enviado una carta abierta en la que pide a los líderes mundiales que aumenten urgentemente la financiación para paliar la crisis mundial de hambre actual.

Según datos de 2021, 26 millones de niños y niñas menores de cinco años sufren malnutrición, de los que 5 millones corren el riesgo de morir debido a esta situación. Los conflictos armados como la guerra de Ucrania, el impacto de la crisis climática y las repercusiones económicas de la COVID-19 en los precios de los alimentos y la energía han exacerbado estos efectos.

En todas las crisis alimentarias, las niñas suelen sufrir las peores consecuencias debido a la discriminación, ya que suelen ser las últimas en comer y reciben menos alimentos. Las familias recurren en mayor medida a prácticas perjudiciales para hacer frente a la situación, lo que aumenta el riesgo de que las niñas abandonen la escuela o se vean forzadas a trabajar, contraigan matrimonios forzados, sufran violencia, embarazos precoces, abuso o explotación.

Plan International ha enviado una misiva a los líderes del G7 para instarles a cumplir con los compromisos que asumieron en la cumbre del año pasado en Reino Unido, donde adoptaron el Pacto del G7 para la Prevención de la Hambruna y la Crisis Humanitaria. Los puntos a los que se comprometieron los estados dentro de este acuerdo aún no se han cumplido y, dada la urgencia de la situación actual, desde Plan International piden a los gobiernos que pasen a la acción.

“Esta cumbre del G7 ofrece una oportunidad clave para abordar con decisión la emergencia del hambre en el mundo y evitar el peor de los escenarios. No podemos permitirnos el coste de otra oportunidad perdida y solicitamos a los gobiernos que asuman los compromisos de financiación para abordar esta emergencia de manera decidida y urgente”, apunta Concha López, directora general de Plan International.

En este sentido, solicitan a los gobiernos que contribuyan a cubrir el déficit actual de financiación de 20.325 millones de euros para evitar que casi 49 millones de personas estén al borde de la hambruna y para contribuir a proteger 137 millones de personas, que cumplan sus compromisos en materia de género en el marco del Pacto contra la Hambruna y garanticen una financiación que tenga en cuenta las cuestiones de género, la edad y la discapacidad.

Les reclama que se comprometan a actuar y a donar con antelación para evitar crisis cuyos indicios ya eran patentes desde hace tiempo, a apoyar a los gobiernos para que refuercen y amplíen las medidas de protección social y apoyo a los ingresos que tengan en cuenta el género y que aborden el uso del hambre como arma de guerra. Por último, Plan International pide a los gobiernos que rindan cuentas de forma pública sobre los avances en los compromisos que asumen, especialmente en materia de financiación.

La crisis alimentaria: una prioridad para Plan International

La ONG está trabajando en los países afectados por el empeoramiento de la crisis alimentaria, ampliando las respuestas como la distribución de alimentos, la asistencia con dinero en efectivo y cupones, las comidas escolares, la detección de la malnutrición y los suplementos nutricionales. Está intensificando las actividades de protección y apoyo a los medios de vida, como la alimentación suplementaria del ganado, el suministro de semillas y otros insumos agrícolas.

Plan International implementa 60 proyectos en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos en 15 países, que atienden directamente a 3,2 millones de personas. Asimismo, ha puesto en marcha programas en países como Sudán del Sur, Kenia, Etiopía o Somalia para combatir la inseguridad alimentaria y garantizar el acceso al agua.

La organización aborda especialmente los impactos de género de crisis como esta, a través de una respuesta que incluye educación en emergencias, la protección frente a la violencia sexual y de género y la prevención de prácticas nocivas como el matrimonio infantil.