Nuevo informe IPCC sobre cambio climático: Mantener la esperanza de un futuro para niñas y niños

El Sexto Informe del IPCC (conocido por sus siglas AR6) revela la escala catastrófica de la crisis climática y las consecuencias que provocará -tanto ahora como en el futuro- no mantener vigente el objetivo de limitar el incremento de temperaturas a 1,5ºC. Es una lectura alarmante, y es importante recordar que los niños y niñas de hoy tendrán que enfrentarse a estos efectos nefastos si los gobiernos no toman medidas urgentes para reducir las emisiones. Esto debería incluir, entre otras cosas, la transición rápida a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica y la desinversión en infraestructuras de combustibles fósiles.  

A pesar de las duras conclusiones del informe, es imprescindible que los gobiernos aporten financiación climática y respondan con urgencia para mantener viva la esperanza de un futuro seguro y saludable para la infancia y las generaciones venideras. El informe, basado en el consenso científico y acordado por los gobiernos, señala que el aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos expone a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria, a una mayor frecuencia e intensidad de las catástrofes y a un incremento de la exposición a riesgos sanitarios, fenómenos a los que Plan International está respondiendo actualmente.   

El informe esboza cómo se prevé que la crisis climática conlleve un aumento de los peligros meteorológicos, incluidas olas de calor y sequías, que se producirán en cascada. También destaca los límites de la adaptación a estos impactos y el aumento de la resiliencia, proyectando la magnitud de las pérdidas y los daños que está provocando la crisis climática, incluso con una adaptación eficaz, y llama la atención sobre el hecho de que algunas comunidades y ecosistemas ya han alcanzado importantes límites de adaptación.   

Por lo tanto, es vital que los gobiernos cumplan la decisión histórica de la COP27 de crear un nuevo fondo para apoyar a las comunidades afectadas por las pérdidas y daños provocados por la crisis climática y para cumplir con los compromisos globales de financiación climática. Según el IPCC, los países con rentas más bajas necesitarán 127.000 millones de dólares anuales de aquí a 2030 y 295.000 millones de aquí a 2050 para adaptarse al cambio climático. Sin embargo, la financiación para la adaptación fue de entre 23.000 y 46.000 millones de dólares de 2017 a 2018, menos del 8% de lo que se necesita. 

Los gobiernos deben centrarse en aumentar la financiación de las medidas de adaptación, que son las que pueden reducir significativamente los impactos de la crisis climática en las comunidades y las personas. También es vital, como se destaca en el informe, invertir en educación, incluido el desarrollo de capacidades, la alfabetización climática y el acceso a la información como un enfoque clave para la conciencia del riesgo y el cambio de comportamiento. 

Los niños y niñas serán los más afectados por la crisis climática y, sin embargo, son los que menos han contribuido. Las niñas también se ven desproporcionadamente afectadas por los impactos climáticos debido a las normas de género discriminatorias, siendo a menudo obligadas a abandonar la escuela o forzadas a contraer matrimonio, lo que limita aún más sus capacidades de adaptación a esta crisis, con menos recursos, conocimientos y oportunidades de futuro.   

El informe subraya la necesidad de enfoques de adaptación basados en la equidad, la inclusión y los derechos. Esto es vital para apoyar y avanzar en la justicia intergeneracional, de género y climática.