La organización humanitaria Plan International ha presentado hoy en Valencia el informe “Adolescentes en crisis: impactos de la DANA”, una investigación inédita que recoge la voz de más de 270 chicos y chicas de entre 12 y 21 años de los municipios de la zona cero de la DANA.
El estudio revela el fuerte impacto de la emergencia en la salud mental, la educación y la vida cotidiana de los y las adolescentes, y denuncia su escasa participación en la toma de decisiones para la reconstrucción. Casi la mitad asegura que no se siente tenida en cuenta por sus instituciones locales en las decisiones para la reconstrucción de sus localidades y tres de cada cinco desconoce qué medidas se están llevando a cabo.
Durante el acto, en el que participaron representantes institucionales, personal técnico, docentes y jóvenes protagonistas del informe, Plan International hizo un llamamiento a situar a la adolescencia, protagonista de la solidaridad en las primeras semanas de la emergencia, también en el centro de las estrategias de recuperación.
“Los y las jóvenes han demostrado su fuerza, su solidaridad y sus ganas de contribuir a su comunidad en los momentos más difíciles, pero siguen teniendo necesidades que deben atenderse y opiniones que deben ser escuchadas. Queremos que sus experiencias y sus aportes contribuyan a los planes de reconstrucción que se están a trabajando en las diferentes administraciones, teniendo en cuenta su rol fundamental en planes de prevención y respuesta ante posibles emergencias futuras. Hoy, seis meses después de la DANA, queremos instar a reconstruir con mirada de adolescencia y juventud”, explicó el director asociado de alianzas de Plan International, David del Campo.
“De cara a este verano el polideportivo no está habilitado aún, el parque multiaventura, está cerrado porque no está en condiciones de ir a pasar tiempo ahí. Sí que hay algunas pistas de fútbol en las que se puede seguir jugando, pero otro espacio que seguramente echemos de menos este verano sea la piscina municipal que tardará un tiempo en volver a la normalidad, pero está ya en proceso de reconstrucción”, añadió Javier Díez, un chico de 13 años de Massanassa, uno de los municipios situados en la zona cero.
“Cuando hay una catástrofe, es muy importante después escuchar, en nuestro caso a los adolescentes y los jóvenes, para que tanto las ONG humanitarias como las instituciones tomen las mejores decisiones y respuestas posibles”, insistió Del Campo, remarcando la necesidad de incorporar la voz de los y las jóvenes en el diseño de políticas públicas ante futuras emergencias climáticas.
Además, intervinieron padres, madres, docentes y representantes institucionales de municipios afectados y del movimiento juvenil:
“Hay dos pilares: el apoyo emocional y el ocio. Quizás parece que no hace falta porque entre amigos se apoyan, pero sí que hay que brindarles esos apoyos psicológicos porque esta catastrófica, aunque crean que no lo pueden necesitar, ha hecho mucha mella en todos. Y el ocio porque creo que es un derecho que los jóvenes se han ganado desde hace muchos años y creo que es necesario brindarles actividades en las que puedan desconectar de todo lo pasado y a partir de ahí, no voy a decir olvidar, pero puedan ver la DANA como algo ya pasado de lo que aprender. Que no tienen por qué crecer de repente, que sigan siendo niños y adolescentes y puedan disfrutar”, señaló Josep Ramón Almerabet, concejal de Juventud del Ayuntamiento de Benetússer.
“Venían a preguntarnos, ¿dónde podemos ir a ayudar? ¿dónde viven las personas mayores? Y nos ayudaron con todo, fue increíble. Respecto a la reconstrucción, es complicada. En el Ayuntamiento de Massanassa los jóvenes tienen un papel muy importante desde el principio y ahora también: tenemos foros de juventud tanto los centros educativos como el Espai Jove donde los adolescentes y jóvenes idean cómo quiere que sea su pueblo y nosotros recogemos esas ideas”, valoró Patricia Piqueres, concejal de Bienestar Social y Reconstrucción y Reactivación Post-DANA del Ayuntamiento de Massanassa.
“La juventud organizada fueron las que estuvieron ahí dando ayuda en las primeras semanas, no solo como voluntarios si no en algunos casos como líderes de los centros logísticos de la zona cero. Semanas después, cuando llegaban los militares o unidades de trabajo, les preguntaban a los jóvenes qué tenían que hacer por qué eran ellos los que conocían la zona. Esto no viene solo de la emergencia si no de años y años ayudando en cada barrio. Es importante que todas las administraciones financien a estas entidades juveniles y fomentar los espacios de debate entre las asociaciones juveniles”, subrayó Pablo Solaz, secretario del Consell de la Joventut de València.
El acto marcó también el arranque del programa #PlanPorValencia, impulsado por Plan International para acompañar a la juventud en su proceso de recuperación psicosocial y formativa, con actividades en centros educativos y espacios juveniles, talleres de liderazgo y educación climática, o la entrega de material tecnológico y didáctico.