La vida de millones de jóvenes ha cambiado radicalmente desde que estalló el conflicto en Ucrania y, aunque sigue activo, ya se están elaborando planes de reconstrucción y recuperación del país. En el Día de las Personas Refugiadas, Plan International, organización que trabaja para garantizar los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, ha lanzado el informe ‘Young People on the War in Ukraine: Amplifying Youth Voices for Ukraine’s Reconstruction and Recovery’, un estudio que defiende la participación activa de los y las jóvenes en los procesos de decisión.
De cara a la Conferencia para la Recuperación de Ucrania, que se celebra los días 21 y 22 de junio en Londres, Plan International ha elaborado este informe a partir de consultas a más de 200 jóvenes de 14 a 24 años afectados por el conflicto en Ucrania, de los que el 66% son mujeres, tanto los que aún están el país como los que han huido a Moldavia, Polonia y Rumanía. Además. La organización ha puesto en marcha 22 grupos de discusión en los que los y las adolescentes han compartido sus puntos de vista sobre la reconstrucción y recuperación de Ucrania, además de peticiones a los responsables de la toma de decisiones en el país y a la comunidad internacional.
“Plan International crea espacios para la participación de los y las jóvenes en la toma de decisiones sobre las políticas que les afectarán ahora y en el futuro, especialmente en la construcción de paz porque son la generación que reconstruirá el país. Ahora es el momento de que los responsables políticos escuchen sus propuestas y tomen decisiones con un enfoque de infancia y adolescencia”, asegura Concha López, directora general de Plan International España.
La educación, la igualdad de género y la salud mental, las principales preocupaciones
La mayoría de las y los jóvenes entrevistados señala que quiere volver a su país, pero siempre que su retorno sea completamente seguro. Para esto piden que se termine el conflicto y que se asegure el acceso a la vivienda, las oportunidades de empleo y la educación. Este último punto es unánime: los y las jóvenes señalan que no están aprendiendo lo suficiente y que cada vez experimentan más dificultades para estar motivados y centrados en sus estudios.
En el marco de la reconstrucción y recuperación de Ucrania dicen que es necesaria una reforma del sistema educativo y la vuelta cuanto antes a la enseñanza presencial. Las jóvenes esperan que el conflicto pueda servir como catalizador para acabar con normas y roles de género arraigados en el país y piden que la igualdad de género, la educación sexual integral y la prevención de la violencia de género se enseñen en las escuelas desde una edad temprana.
Por otro lado, los y las jóvenes participantes hablan abiertamente de sus problemas de salud mental; el miedo a los sonidos fuertes e inesperados, el temor a la muerte de familiares y los flashbacks traumáticos los acompañan en su día a día. Por eso, consideran necesario el establecimiento de servicios gratuitos para la atención de la salud mental y el apoyo psicosocial, tanto para ellos, como para todas las personas atravesadas por el conflicto.
“Rezaba para que las bombas cayeran cada diez segundos, en lugar de cada dos. Mi salud mental, como la de la mayoría de los jóvenes que ha sufrido el conflicto, no está bien. Hace más de un año que no veo a mi familia y estoy aquí sola”, asegura una joven refugiada de 18 años de Jersón que ahora vive en Rumanía.
La juventud de Ucrania considera necesario reconstruir Ucrania de forma equitativa e integradora y reconstruir simultáneamente las regiones ricas y pobres del país. Las peticiones de justicia y responsabilidad ocupan un lugar destacado en sus mensajes, así como la importancia de mejorar los programas de cohesión social tanto dentro como fuera de Ucrania.
Trabajo de Plan International
Desde que estalló el conflicto, la organización trabaja en Ucrania, Rumanía, Polonia y Moldavia donde, junto a socios locales, ha alcanzado a cerca de 311.000 personas a través de apoyo psicosocial, educación en emergencias y reparto de kits para cubrir necesidades básicas.
En Moldavia, Plan International España implementa un programa para garantizar la protección de la población más vulnerable, centrándose en niñas, niños y adolescentes. Esto incluye el acceso a servicios de apoyo psicosocial, actividades de cohesión entre las personas refugiadas y las comunidades de acogida y el reparto de ayuda en efectivo para asegurar las necesidades básicas. La vuelta a las aulas es una prioridad en la respuesta de Plan International que ha repartido 1.800 kits escolares para la infancia refugiada en el país.
En España, la organización también trabaja con niños y niñas ucranianos en un ‘Child Friendly Space’, una unidad móvil por la que ya han pasado 157 niños y niñas y en la que se desarrollan actividades educativas, de ocio y se presta apoyo psicosocial y emocional. Además, Plan International España lleva a cabo un programa de orientación sociolaboral para mujeres ucranianas refugiadas en el que ofrece diagnósticos de empleabilidad, cursos de formación e itinerarios de inserción adaptados a cada perfil, y en el que ya han participado 43 mujeres.
Recomendaciones a gobiernos e instituciones internacionales
La organización recomienda que los y las jóvenes afectados por el conflicto en Ucrania dispongan de oportunidades formales e informales para influir en su propio futuro y estar conectados a todas las iniciativas de reconstrucción y recuperación y a los procesos de toma de decisiones a nivel local, regional, nacional e internacional. El actual Plan de Recuperación Nacional de Ucrania no incluye ningún plan, programa o paquete presupuestario vinculado a la juventud o a los derechos de las mujeres y niñas.
Las autoridades ucranianas deben garantizar que sus prioridades se reflejen en el desarrollo, la aplicación y el seguimiento de los planes de reconstrucción y recuperación de las escuelas. Los procesos participativos deben ser accesibles para los y las jóvenes con discapacidad, estar abiertos a los y las jóvenes desplazados internos y no desplazados y contar con una representación equitativa de hombres y mujeres jóvenes.