Solo un 11% de las niñas y jóvenes está satisfecha con sus representantes políticos

Aunque solo un 11% está satisfecha con las decisiones que toman sus representantes políticos sobre los temas que las afectan, nueve de cada diez niñas y jóvenes de todo el mundo coinciden en la importancia de participar en política, según una nueva investigación de Plan International. 

La encuesta global, «Equal Power NOW: niñas, mujeres jóvenes y participación política», realizada a cerca de 29.000 niñas y mujeres de 15 a 24 años procedentes de 29 países, incluido España, revela que las niñas y las jóvenes afrontan importantes obstáculos cuando toman parte acciones políticas y se sienten poco representadas por los y las políticos. 

Seis de cada diez españolas encuestadas (64 %) han perdido la confianza en los políticos, y apenas una de cada diez (14 %) cree que estos entienden su punto de vista. Tanto es así, que esta situación afecta a su bienestar emocional: el 42 % se sienten “estresadas, preocupadas o nerviosas”; y el 32 %, “tristes o deprimidas” como consecuencia. 

“En el décimo aniversario del Día de la Niña, nuestra investigación prueba que la participación política de las niñas sigue lejos de ser un derecho garantizado, pero que las niñas son ciudadanas activas que quieren aportar sus ideas y hacer valer su opinión. Su compromiso respecto a los temas que les importan: desde la pobreza y desempleo, hasta los conflictos y la paz, pasando por el cambio climático, o la educación nos muestra su determinación y debería convertirse en una apuesta política para un futuro mejor”, asegura Concha López, directora general de Plan International España. 

El presente informe anual sobre el estado mundial de las niñas se presenta el 4 de octubre en el Congreso de los Diputados para buscar el compromiso político en un acto presidido por Meritxell Batet, presidenta de la Cámara Baja, y en el que intervienen portavoces de grupos parlamentarios; la propia directora general de Plan International; y representantes de Youth For Change, el grupo de participación juvenil de la organización, entre otros.  

Visión negativa sobre sus representantes

Las barreras y discriminación que perciben que sufren las mujeres líderes hace que la mitad de las encuestadas piensen que la sociedad no acepta la participación política de las mujeres. Hasta el punto de que el 19 % ha sido personalmente convencida de no hacerlo. Además, cuatro de cada diez coinciden en que las mujeres políticas sufren acoso y que son juzgadas por su apariencia.  

“Una mujer representante que sea una líder siento que va a ser mucho más juzgada por su aspecto físico o cómo concilias tu vida personal y profesional… y esos comentarios no se hacen a un hombre. Tienes que tener mucha fortaleza”. Joven española entrevistada. 

Pese a la diversidad de la muestra, casi todas las consultadas (el 94 %) coinciden en las trabas a las que se enfrentan por ser mujeres jóvenes. Aun así, suman todavía más (95 %) las que creen importante participar en política, igual que son mayoría en España y en el resto del mundo (74 % y 83 %, respectivamente) las que buscan sortear esos obstáculos con su participación activa.  

Participación a través de canales informales

Ni el desencanto hacia la política institucional ni la exclusión que sienten impiden que la mitad de las encuestadas en todo el mundo (46 %) asegure votar en elecciones nacionales, regionales o locales para cambiar su realidad social, económica y cultural. Pero solo un tercio (24 %) de las que están dispuestas a participar en la política se presentarían a cargo político. 

En España, aunque la mitad de las encuestadas (49 %) cree que es más fácil para ellas participar en política de lo que lo fue para sus madres, optan usar espacios menos formales y de baja exposición, como el voluntariado en su comunidad o las acciones a través canales de comunicación y redes sociales. 

 “Las mujeres líderes están subestimadas.  Muchas piensan que no podrán lograrlo. Ese es el reto que veo”, joven filipina entrevistada. 

No obstante, las participantes europeas –frente a las de otras regiones- son las que menos confianza muestran para presentarse como candidatas a unas elecciones o a la hora de organizar y liderar grupos de movilización, presenciales u online. Del mismo modo, las encuestadas de Europa y Norteamérica se declaran menos seguras de sí mismas a la hora de hablar frente a sus compañeros y compañeras sobre un tema social, económico o político.    

En vísperas del Día Internacional de la Niña, Plan International ha publicado un manifiesto con la participación de jóvenes activistas españolas, que pide a los dirigentes políticos que apoyen a las niñas y a las jóvenes y abran los espacios necesarios para asegurar una participación política segura e inclusiva en todos los procesos de toma de decisiones. 

En España, Plan International impulsa las acciones del grupo de participación juvenil Youth for Change, formado por jóvenes de entre 16 y 22 años. Este grupo diverso, plural e inclusivo trabaja en actividades que abordan las causas de la desigualdad de género. Como embajadoras de Plan International han participado en actos realizados en Parlamentos regionales y nacionales, en la Asamblea General de Naciones Unidas, o en la conferencia de las partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP25). 

Llamada a la acción de Plan International

Los Gobiernos y las autoridades a todos los niveles deben institucionalizar la participación segura y significativa de las niñas ciudadanas activas, de forma individual y colectiva. También tienen que garantizar el acceso a vías diversas e inclusivas de participación política, incluyendo la dotación de recursos, y fortalecer la educación cívica y las oportunidades de liderazgo. 

Las Naciones Unidas, los Gobiernos y la sociedad civil deben reconocer el rol vital de las ciudadanas activas, y proporcionar los recursos para que los grupos infantiles y juveniles sean resistentes y sostenibles ante crisis y amenazas. Las empresas de medios de comunicación y redes sociales deben tener un enfoque de tolerancia cero hacia la violencia sobre las mujeres políticas y las activistas, mientras ofrecen una imagen positiva del liderazgo femenino.