A punto de cumplirse dos años desde que comenzó la escalada del conflicto en Ucrania, la ONG Plan International advierte de que la guerra está teniendo un profundo impacto en la salud mental de los y las jóvenes, miles de niños y niñas siguen sin poder ir al colegio de forma presencial y, además, el conflicto está exacerbando las desigualdades de género, aumentando la carga de cuidados sobre las niñas y mujeres y provocando un aumento vertiginoso de la violencia de género. La ONG se une a otras organizaciones humanitarias y pide el cese inmediato de los ataques dirigidos contra civiles e infraestructuras civiles, incluidos colegios, hospitales e infraestructuras energéticas.
Plan International teme que el conflicto esté abriendo profundas brechas de género en la sociedad. Según entrevistas llevadas a cabo por la organización a niñas y mujeres ucranianas, en estos dos años se ha potenciado una visión de la masculinidad militarizada en la que los niños y los hombres son vistos como los defensores del país, mientras las responsabilidades domésticas y del cuidado recaen en niñas y mujeres.
“Durante la guerra, la mayoría de las jóvenes experimentamos miedo. No siempre me siento segura en la calle, sobre todo cuando veo a alguien armado. La gente está muy nerviosa, y este aumento del estrés está causando más violencia contra las niñas y mujeres en todo el país”, Elizaveta, estudiante universitaria de Kiev.
La violencia de género también se ha disparado, y las niñas y las jóvenes están cada vez más expuestas a la violencia en la pareja, la violencia sexual y la explotación y los abusos sexuales. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que, en Ucrania, al menos, 3,6 millones de personas requieren urgentemente servicios de prevención y respuesta a la violencia de género. La violencia online también es motivo de preocupación, ya que la población ucraniana utiliza aplicaciones de mensajería y redes sociales como medio de información y redes de apoyo. Las búsquedas de términos de explotación sexual relacionadas con refugiados ucranianos, especialmente mujeres y niñas, aumentaron un 300% tras la escalada de la guerra. Las adolescentes de entre 15 y 19 años han contado a Plan International que sufren acoso online y están continuamente expuestas a contenidos de explotación, sin embargo, no disponen de la suficiente información ni concienciación sobre seguridad en internet.
“Después de dos años de conflicto y sin una fecha de fin próxima, nos preocupan enormemente los impactos de la guerra en la salud mental de los y las jóvenes, las consecuencias que va a tener la interrupción de la educación en niños y niñas, y la situación en la que se encuentran los derechos de niñas y mujeres. Es necesario que la respuesta humanitaria adopte un enfoque de edad y género y que se amplíen urgentemente los servicios gratuitos de salud mental y apoyo psicosocial tanto en Ucrania como en los países de acogida, además se debe dar prioridad a la vuelta a la enseñanza presencial en Ucrania de forma segura”, asegura Concha López, directora general de Plan International España.
Cuatro años de interrupciones en la educación
La guerra de Ucrania también está agravando y aumentando los problemas de salud mental. Los y las jóvenes viven entre el miedo y la incertidumbre sobre su futuro: muchos presentan una sensibilidad muy alta a los sonidos fuertes, insomnio, miedo a salir de casa por las minas terrestres y los ataques, estrés y angustia constante por familiares y amigos que se encuentran en el frente, problemas de adaptación en los países de acogida, entre otros.
“Tenemos que tener en cuenta que, a pesar de habernos acostumbrado a las explosiones, los avisos de ataques, las sirenas y todo el ruido de la guerra, los niños, niñas y jóvenes estamos en una situación de salud mental crítica. Necesitamos apoyo psicológico y que se muestre la dura situación y los retos a los que nos enfrentamos”, cuenta a Plan International María, una joven de 17 años que vive en Mykolaiv.
La organización también está especialmente preocupada por el impacto a largo plazo de la falta de escolarización de los niños y niñas, ya que el alumnado ucraniano ha sufrido casi cuatro años de interrupciones y retrocesos en su educación desde el inicio de la pandemia de la COVID-19. El aprendizaje online y la falta de interacción con otros niños y niñas pueden provocar un aislamiento precoz y retrasos críticos en los procesos de aprendizaje, con consecuencias potencialmente graves para el aprendizaje y el desarrollo.
La respuesta de Plan International al conflicto de Ucrania
Plan International, que ya ha llegado a más de 650.000 personas afectadas por la guerra en Ucrania, entre ellos 149.000 niñas y 110.000 niños, a través de casi 50 organizaciones socias de Ucrania, Polonia, Moldavia y Rumanía, insta a los donantes a priorizar la financiación de la respuesta humanitaria y las soluciones a largo plazo en Ucrania y los países vecinos, centrándose en programas que tengan en cuenta la edad y el género. Esto incluye la violencia de género, la salud mental y los servicios de apoyo psicosocial, además de los esfuerzos para facilitar la educación presencial de los niños ucranianos.
En España, la organización lleva a cabo el proyecto ‘Child Friendly Spaces’, dirigido a niños y niñas refugiados de diferentes nacionalidades, entre ellas la ucraniana, que se encuentran en régimen de acogida en el CREADE de Pozuelo de Alarcón. El proyecto tiene como finalidad ofrecer un espacio seguro y amigable a los niños y niñas en cuatro áreas fundamentales: ocio saludable, atención emocional, competencias lingüísticas y digitales y refuerzo educativo que les posibilite su mejor y rápida inclusión en nuestra Comunidad. Además, Plan International ha trabajado con mujeres ucranianas refugiadas en itinerarios de inserción sociolaboral y dando acompañamiento en la gestión documental requerida por las Administraciones Púbicas.