La violencia contra las niñas y los niños, en todas sus formas (acoso escolar, violencia familiar, explotación infantil o violencia sexual) es una de las violaciones de los derechos de la infancia más extendida.

Violencia y discriminación infantil

La violencia y la discriminación tienen efectos negativos sobre la salud física y mental de los niños y las niñas.

 

La violencia contra las niñas y los niños, en todas sus formas (acoso escolar, violencia familiar, explotación infantil o violencia sexual) es una de las violaciones de los derechos de la infancia más extendida. Millones de niños y niñas se sienten discriminados por compañeros de clase, familiares, profesores y otras personas de su entorno, afectando a su rendimiento escolar y limitando el desarrollo de sus capacidades.

 
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¿Qué es la violencia contra los niños y las niñas?

La violencia contra las niñas y los niños es el uso intencional de fuerza física o poder contra un niño o niña por parte de un individuo o un grupo, que da como resultado un daño real o potencial a la salud, supervivencia, desarrollo o dignidad. Incluye todas las formas de maltrato físico y/o emocional, abuso sexual, abandono, trato negligente, explotación comercial o de otro tipo, que tienen lugar en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.

Violencia infantil: el problema

La violencia contra las niñas y los niños incluye también el trabajo infantil y la participación de niños y niñas en los conflictos armados. Es un problema social, cultural y político, complejo y profundamente arraigado, que obstaculiza el desarrollo en igualdad al impedir el derecho que toda persona tiene a vivir en un entorno seguro y libre de violencia.

La principal barrera para el logro de la educación de calidad es la existencia de la violencia de género (VBG) dentro y alrededor de las escuelas, actos de violencia sexual, física o psicológica infligidos a niños dentro y alrededor de las escuelas debido a los estereotipos y a los roles de género. La violencia de género en las escuelas, desde los abusos físicos y psíquicos hasta el acoso escolar, es una violación de los derechos humanos y del derecho a la educación y limita la participación y el acceso de las niñas a una educación segura y de calidad, incrementando las tasas de abandono y fracaso escolar.

VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN: LAS RAZONES

Con frecuencia, este tipo de violencia proviene de causas estructurales con raíces muy profundas entre las que destacan la pobreza, la desigualdad y la discriminación. En algunas ocasiones se justifican por causas de moral o de honor, otras prácticas pueden encontrar justificaciones culturales o religiosas, reflejar prejuicios y creencias discriminatorias y perjudiciales hacia los niños y niñas. La mayoría de estos actos de violencia ocurren sin formar parte de las estadísticas oficiales; menos aún si éstos ocurren en el hogar o en el lugar de trabajo de aquellos que sufren la violencia y son encubiertos como costumbres o prácticas rutinarias.

LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA INFANTIL

La exposición prolongada de los niños y niñas a la violencia afecta a su desarrollo físico, emocional y social, puede alterar el sistema nervioso e inmunológico y provocar trastornos sociales, emocionales y cognitivos, además de conductas que causan enfermedades, lesiones y problemas sociales. Más allá del daño causado a los niños y niñas, la violencia socava el desarrollo económico debido a las consecuencias negativas a largo plazo en la salud física y mental, la educación, el empleo y la paz social.

La violencia escolar, incluida la de género, tiene profundos efectos en la salud de los niños y niñas; en su bienestar educativo, físico, psicológico y emocional. Está correlacionada con bajos logros académicos y la seguridad económica, así como con los riesgos de salud de largo plazo, y perpetúa los ciclos de violencia entre las generaciones.

CIFRAS DE VIOLENCIA INFANTIL

La violencia y discriminación infantil es un problema de todos, por el cual debemos luchar, a continuación las cifras de todo el mundo:
 
  • Entre 500 millones y 1.500 millones de niños y niñas son víctimas de la violencia cada año, muchos de ellos dentro de las escuelas.
  • En el mundo, unos 150 millones de niñas y 73 millones de niños han sufrido violencia sexual.
  • Casi la mitad de las agresiones sexuales en el mundo se cometen contra niñas menores de 16 años.
  • Los informes indican que niños y niñas de tan solo 6 años, son víctimas de violaciones y abusos.
  • Alrededor de 126 millones de niños y niñas están involucrados en las formas más peligrosas de trabajo infantil.
  • Se calcula que 1.2 millones de niños y niñas son víctimas de la trata de personas.
  • Un 28% de las niñas nunca se siente segura en el camino al colegio, y una de cada cuatro niñas nunca se siente cómoda usando los aseos de las escuelas, según el estudio “Escuchad nuestras voces”.
  • En Asia, un 70% de los niños y niñas asegura haber sufrido violencia en el colegio, según el informe “Promoción de la igualdad y la seguridad en los colegios”. El 43% de los niños y niñas asegura no hacer nada cuando presencia violencia en las aulas.

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LA VIOLENCIA INFANTIL

Existen varios tipos de violencia infantil, aunque sus denominaciones no coinciden exactamente según ningún organismo, estos son los más comunes:

  • Maltrato físico: el maltrato físico responde a cualquier acto violento que ponga en riesgo la integridad física de un menor
  • Abuso sexual: se considera abuso sexual cualquier tipo de práctica sexual con un menor (tocamientos, relaciones sexuales, exposición del menor en material pornográfico…)
  • Maltrato psicológico: este tipo de abusos se producen cuando se atormenta a un menor sin necesidad de utilizar la fuerza física. En este apartado estarían comprendidos actos como el insulto, el aislamiento, o el chantaje.
  • Abandono: se considera que se abandona a un menor cuando se le priva de derechos fundamentales como un hogar, educación, o comida, entre otros…

Para prevenir este tipo de situaciones es necesario prestar especial atención al menor, a su desarrollo, y al cumplimiento de sus necesidades vitales. De la misma forma, se ha de mantener una comunicación fluida con el mismo y velar porque tome precauciones .

La gran mayoría de estas situaciones se dan durante la etapa escolar del menor. Es importante mantener una comunicación fluida con el menor acerca de su salud mental y sus relaciones interpersonales

Además, siempre que se sospeche de que la violencia se esté dando en un centro educativo, es fundamental contactar con un profesional del centro, pudiendo ser el director de la escuela, el tutor académico, o el pedagogo del centro.

Al estar en su etapa de desarrollo, los niños se pueden mostrar confundidos cuando sufren episodios de violencia, independientemente del tipo. 

En el caso de que la violencia sea física, los menores a menudo presentan heridas, moretones, o lesiones que no son capaces de explicar. Una explicación no coherente de cómo se ha hecho una herida puede significar más que una travesura propia de su edad, y puede llegar a indicar que sufre episodios de violencia.

Por otro lado, existen ciertos síntomas que presenta el menor en su comportamiento que también nos pueden indicar esto: los cambios bruscos de comportamiento, el aislamiento de la sociedad, o el rechazo a participar en ciertas actividades pueden ser indicios de esto.

Además, existen síntomas más graves que son una clara alerta de violencia infantil: los intentos de huir de casa, la tendencia a autolesionarse, o las ausencias frecuentes a la escuela suelen ser claros síntomas de alarma.

Existen muchos tipos de discriminación en los que se suele incurrir cuando los menores sufren violencia. Comprende los siguientes grupos: 

  • Discriminación hacia las niñas y las mujeres
  • Discriminación a niños y niñas con discapacidad
  • Discriminación racial
  • Discriminación hacia la identidad de género y orientación sexual
  • Discriminación por edad