Ghene, de 20 años, es un altavoz para los derechos de las niñas y las jóvenes, especialmente, para aquellas que pertenecen a comunidades indígenas. “Esta lucha que emprendemos no es solo por las niñas de hoy, sino también por las de las próximas generaciones”, asegura.
Esta joven sabe bien lo difícil que es defender los derechos de niñas y jóvenes, pues ha crecido en la comunidad indígena Ifugao, donde existen tradiciones y prácticas culturales muy arraigadas, que no son fáciles de cambiar.
Ghene explica que “existen cuestiones difíciles de abordar, como el matrimonio infantil”. Con ayuda del proyecto Disciplina Positiva de Plan International, cree que se ha logrado un cambio significativo de mentalidad tanto en su comunidad como a nivel nacional, especialmente entre la población más joven, “pero el reto ahora es llegar a concienciar a la población más adulta”.
Su mayor inspiración
Para Ghene, su mayor inspiración es Nena, su hermana pequeña: “me he dado cuenta del deber que tengo, como hermana y como niña, de ayudar y contribuir a que ella crezca en una sociedad justa y segura. Quiero que se convierta en una mujer fuerte e independiente”.
Consciente de que no todas las niñas y jóvenes tienen un espacio seguro donde hablar de los temas que les importan, se siente una privilegiada por poder actuar libremente y ayudar a crear una sociedad que las valore y apoye.