Shreya tenía 12 años cuando decidió que quería convertirse en guía turística profesional después de conocer a turistas extranjeros que paseaban por su ciudad natal, Pokhara, en Nepal, conocida por ser la puerta de entrada al Circuito del Annapurna, un popular sendero en el Himalaya. Amable por naturaleza, disfrutaba interactuando y orientando a los visitantes siempre que podía.
Los padres de Shreya, que es la menor de tres hijos, trabajan duro como limpiadores. Aunque nunca han tenido ingresos muy altos, siempre se aseguraban de pagar el alquiler y de que a sus hijos no les faltara comida ni medicamentos. “Mis amigos y amigas comían chocolate, bocadillos, galletas y llevaban ropa bonita, y yo quería lo mismo”, dice, pero, como sabía que sus padres no podían permitírselo, se lo guardaba.
“Mis padres pidieron dinero a nuestros familiares, quienes les humillaron y reprocharon que los hijos siguiéramos estudiando”, explica Shreya. “A pesar de todo, mis padres siempre me motivaron”.
Tras finalizar la escuela, Shreya solicitó ir a Alemania para continuar con sus estudios, pero, como no sabía alemán, no tenía la confianza necesaria para enfrentarse a la entrevista. En su lugar, se buscó una oportunidad para convertirse en guía turística en Pokhara, que era su antigua ambición. “Cuando era niña, solía hablar con los turistas. Los saludaba y quería ser guía”.
Shreya fue seleccionada para participar en un curso de formación gratuito. “Además de la formación de guía de senderismo, también recibí clases de inglés y aprendí habilidades para la vida”, dice Shreya, quien añade que sus padres le apoyaron durante todo el periodo de formación.
Plan International colabora con Right4Children para poner en marcha un proyecto de promoción del empleo de mujeres jóvenes en Pokhara. Trabajamos con organizaciones del sector privado, como la empresa en la que se formó Shreya, para dotar a las jóvenes de las habilidades que necesitan para aprovechar las nuevas oportunidades del turismo, así como de otros sectores en crecimiento.
Tras finalizar el curso, Shreya fue contratada como aprendiz de guía de senderismo, y rápidamente la ascendieron. Hasta ahora ha dirigido dos expediciones de senderismo.
“Cuando me llamaron y me dijeron que me habían ascendido, no me lo creía. Ha sido uno de mis momentos más felices”.
Además de los buenos momentos, la joven también ha tenido algunas malas experiencias. Una vez se olvidó de la ruta de senderismo; otra, se le llenaron los pies de sanguijuelas y en muchas ocasiones tiene que enfrentarse a los comentarios que recibe por ser mujer.
“En el senderismo existe el estigma de que solo los hombres pueden dedicarse a esta profesión. Cuando te lanzas a la piscina y eres mujer, te enfrentas a comentarios negativos, así como a abusos y acoso”.
Shreya cuenta que se ha enfrentado a este tipo de amenazas tanto por parte de sus colegas como de los turistas. Sin embargo, afirma que desde que aprendió sobre violencia de género en las nuestras formaciones tiene “más confianza para afrontar la situación y denunciarla”.
Nuestro proyecto en Pokhara tiene como objetivo formar a 800 mujeres jóvenes como Shreya en habilidades para el empleo, habilidades para la vida, conocimientos de informática e inglés para que puedan acceder a un empleo decente dentro de la industria turística de la región.
Ahora, con 21 años, Shreya dice que sus padres están orgullosos de lo que está haciendo. “Cuando solicité la formación, también animé a mis amigas y vecinas a hacerlo, pero a nadie le interesó. Ahora se arrepienten”, señala la joven que nos dice ser “muy feliz con lo que hace”.