La sequía, el hambre, las enfermedades y el conflicto ponen en riesgo la vida de miles de niñas haitianas que, ante la falta de ingresos de sus familias, abandonan la escuela y se ven expuestas a riesgos aún mayores como la violencia sexual, o los embarazos precoces.
Las niñas y adolescentes en Haití se enfrentan a grandes dificultades cada día debido a la sequía, las enfermedades, el hambre y los conflictos. En esta situación, lo más probable era que Naica, de 14 años, tuviera que abandonar la escuela por falta de ingresos y nunca llegaría a cumplir su sueño de ser enfermera. “No tengo todos los libros y cuadernos que necesito, y todavía no me han pagado la matrícula. Las tasas escolares son de 7.500 gourdes (alrededor de 50 euros) al año, pero mi madre sólo ha podido pagar 1.500 (9 euros)”.
Aunque la escolarización es obligatoria, más del 80% de las escuelas son privadas. Esto, unido al cierre de escuelas por motivos de seguridad, ha privado a las niñas y niños haitianos de su derecho a la protección y a la educación.
Claudine, la madre de Naica, de 27 años, explica que perdió su trabajo como vendedora de pollo, ya que el aumento del coste de los alimentos le impidió seguir comprando al por mayor. Su marido, el padrastro de Naica, que es albañil, tampoco tiene trabajo.
Naica es consciente de la dura situación económica que atraviesa su familia y nos cuenta que normalmente no hay dinero para comprar compresas. “Cuando no tenemos dinero para acceder a ellas, utilizo trozos de tela. Me da vergüenza usarlas, pero casi todas las demás chicas tienen que hacer lo mismo. Ahora un paquete de compresas cuesta 150 gourdes (alrededor de 1 euro)”.
En la escuela, Naica dice que su profesor de biología advierte a las niñas sobre el aumento del riesgo de explotación sexual ante esta crisis. “Cuando no hay recursos somo más vulnerables porque si pedimos dinero prestado a los chicos, es probable que nos pidan sexo a cambio”. También Claudine suele advertir a su hija de que no hable con chicos para mantenerla a salvo.
Dentro de la respuesta en Haití, Plan International proporciona transferencias de efectivo y kits de nutrición e higiene para hacer frente al reciente brote de cólera, además de desarrollar talleres sobre protección y género. De hecho, Claudine y su familia reciben una transferencia en efectivo con la que paga parte de la matrícula de su hija, compra alimentos para su hogar, así como los ingredientes para hacer palitos, un dulce tradicional haitiano hecho de jengibre y canela que vende puerta a puerta en su comunidad para ganar algunos ingresos.
“Me puse muy contenta cuando recibí el dinero. Enseguida fui a comprar comida para los niños. Les cociné arroz con alubias negras y salsa de carne de pollo. También compré dos pollos, que puedo alimentar para venderlos”, cuenta Claudine.