El pasado 6 de febrero un devastador terremoto sacudió el Noroeste de Siria, tres meses después unas 350.000 personas afectadas siguen estando desplazadas. Plan International está presente en las regiones de Lattakia, Idlib, Hama y Alepo donde, junto a sus socios locales, para dar respuesta a las necesidades de la población siria, sobre todo las de niñas, niños y mujeres, los más vulnerables en estos contextos.
El seísmo golpeó una región que ya tenía una situación humanitaria muy compleja. Las inundaciones y fuertes tormentas de las últimas semanas la han agravado todavía más: 3.000 tiendas de campaña, muchas de las cuales se instalaron para alojar a los damnificados por los terremotos, han sido dañadas o destruidas.
Se han observado necesidades en todos los sectores, pero especialmente en la salud mental, alimentación, nutrición, salud, educación, alojamiento y protección. La respuesta de Plan International, que trabaja en esta zona desde hace años, incluye asistencia básica (agua, saneamiento e higiene y seguridad alimentaria), refugio, protección de la infancia en emergencias (desde una perspectiva de género), educación en emergencias y apoyo psicosocial.
Entre los programas que Plan International lleva a cabo en Siria, se encuentran la rehabilitación de tres refugios para afectados por el terremoto en Alepo, Lattakia y Hama. Estas reparaciones incluyen la construcción de instalaciones de agua, saneamiento e higiene con perspectiva de género, para asegurar espacios donde las mujeres se sientan seguras.
En Hama e Idlib, la organización también está rehabilitando cuatro colegios, incluyendo equipamiento, material didáctico y recreativo, y en Alepo se han distribuido 4.150 paquetes de alimentos y 4.150 kits de higiene que han llegado a 4.150 familias.
En una segunda fase de la respuesta, Plan International quiere asegurar que las poblaciones afectadas por el terremoto estén protegidas y tengan servicios de apoyo psicosocial y espacios de aprendizaje seguros y protegidos. Para eso, la organización ha comenzado a repartir dinero en efectivo a 400 familias en Alepo y a rehabilitar cinco ‘Child Friendly Spaces’ afectados por el terremoto, donde se pretenden proporcionar actividades de apoyo psicosocial a 1.000 niños y niñas.
Debido a las vulnerabilidades preexistentes, la magnitud de las necesidades y la complejidad del contexto, las comunidades pueden tardar más de doce meses en recuperarse. Por eso, Plan International, plantea un enfoque a largo plazo para garantizar que los derechos de todas las personas afectadas estén garantizados.