Esosa participa en nuestros programas de protección a la infancia y está decidida a retomar su educación después del parte para no perder oportunidades de futuro.
Esosa*, de 17 años, vive en una aldea rural de la región central de Togo, un país al oeste de África, con su padre, su madrastra y sus seis hijos. Su padre es agricultor, pero todos los años, durante la estación seca en la que apenas hay cultivos, migra a Costa de Marfil, uno de los países vecinos, donde trabaja como minero. Cuando su padre está lejos de casa, Esosa dice que se siente ignorada y descuidada por su madrastra.
“Cuando mi padre se fue el año pasado, como no había nadie en casa, empecé a pasar tiempo con un chico del barrio. Me pidió que tuviéramos relaciones, y finalmente cedí sin entender los riesgos. Como consecuencia, me quedé embarazada. Sinceramente, no sabía que podía suceder porque él me dijo que sólo te quedas embarazada cuando las relaciones sexuales son regulares”, cuenta Esosa.
La enfermera que examinó a Esosa se preocupó por su estado y se puso en contacto con el comité local de protección de la infancia, que recurrió a PAFED, una ONG local con la que trabajamos en Plan International en nuestro proyecto contra la violencia de género.
Un trabajador de la organización se reunió con Esosa, su madrastra y los padres de Rachad para encontrar una solución que permitiera generar un entorno seguro con un mejor ambiente en casa.
“El trabajador social que habló conmigo me contó las actividades que están llevando a cabo, junto a Plan International, como parte de su proyecto de lucha contra la violencia de género en Togo y me ayudó a conocer mis derechos sexuales y reproductivos. Si hubiera tenido toda la información antes, habría podido evitar el embarazo y habría tomado mejores decisiones “, dice Esosa.
Ahora que ha vuelto a vivir con Rachad y sus padres, todos han aprendido a comunicarse mejor: “Me han ayudado a tranquilizarme y a concienciar a la familia con la que vivo ahora. Se comprometieron a tratarme mejor y a garantizar que diera a luz de forma segura”, cuenta Esosa.
El padre de Esosa regresa de Costa de Marfil pronto, y trabajaremos para mediar entre la joven y su pareja y ofrecerles herramientas para mejorar su relación. Ahora, en su séptimo mes de embarazo, ha prometido volver a la escuela después de dar a luz.
“Una mujer vino a hablar sobre embarazo adolescente a nuestra escuela. Estoy triste y lamento aún más lo que me pasó. Ahora sé que no todo ha terminado en mi vida, y que no tengo por qué casarme. Prometo retomar las clases después de mi parto, porque en mis últimos exámenes fui la primera de mi clase.”
*El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de la joven