“Un futuro de trabajo” es un programa de Plan International para el empoderamiento económico que ofrece a los jóvenes de Uganda acceso a servicios financieros y formación en habilidades laborales necesarias y les conecta con oportunidades de trabajo.
Desde su puesta en marcha en 2012, más de 12.000 jóvenes han participado en el programa, incrementando sus ingresos de media en un 621% .
Este programa de Plan International y Accenture Development Partnerships busca cambiar las vidas de jóvenes usando grupos de ahorro comunitarios como plataforma para recibir las habilidades necesarias para acceder al mercado de trabajo.
El sector privado se ha involucrado en todas las fases del programa, desde el diseño hasta la puesta en marcha de los programas de formación. Lo que hace único al programa “Un futuro de trabajo” es el hecho de que los grupos de ahorro, la formación en habilidades y el empleo a través del sector privado están combinados. Todos estos elementos del programa habían sido implementados por Plan International en Uganda, y el poder colectivo de unir los tres ha sido la clave del éxito.
Resty Nansubuga
Resty Nansubuga, de 23 años, ya es madre de tres niños. Resty fue obligada a casarse antes de cumplir 18 años y dependía completamente de su martido. “Antes le tenía que pedir todo a mi marido”, dice.
Se unió a “Un futuro de trabajo” en 2014 y se convirtió en la tesorera del grupo de ahorro de su comunidad. Después de participar en sesiones formativas, decidió empezar a criar cerdos: “hicimos un análisis de coste-beneficio donde vimos que la cría de cerdos era un buen negocio”.
Resty también tiene una pequeña tienda en su casa a la que va todo el vecindario. Ahora puede pagar las tasas escolares usando su propio dinero. Resty planea expandir su negocio para incluir también la cría de pollos y está construyendo un nuevo gallinero para empezar cuanto antes.
Nololo Asuman
Nololo Asuman, de 21 años, es el presidente del grupo de ahorro juvenil de Kiyunga. Antes de unirse al programa “Un futuro de trabajo” en 2013, no tenía ninguna fuente de ingresos y dependía económicamente de sus padres.
Después de recibir la formación, Nololo se convirtió en agente de ventas de una compañía de artículos de consumo. Con sus ahorros y un préstamo, pudo abrir una tienda.
Pero Nololo no paró ahí. Pidió otro préstamo y usó los beneficios de su tienda para comenzar también un proyecto agrícola dentro programa “Un futuro de trabajo” cultivando chilis y pimiento picante para una empresa de exportación de alimentos.
“Pedí un préstamo de 200.000 UGX (60 euros). Ahora consigo 600.000 UGX (180 euros) al mes. Ha cambiado mi vida. Antes dependía de mis padres, ahora quiero devolvérselo”.
“Mis planes de futuro incluyen la expansión del cultivo de chiles y abrir una tienda al por mayor en dos años, donde pueda dar empleo a muchos más jóvenes”.
Sarah Muzaale y Ronald Bogere
Sarah Muzaale y Ronald Bogere son una joven pareja que ha vivido un gran cambio en sus vidas desde que se unieron a “Un futuro de trabajo”. Sarah dice: “Antes de empezar en este programa, yo era ama de casa. Mi único rol era cuidar a los niños y esperar que mi marido me diera dinero”.
Ronald se dedicaba a la extracción de arena del río, un trabajo peligroso por la contaminación de las aguas, y el dinero que ganaba no era suficiente para mantener a la familia.
Después de recibir formación en negocios y emprendimiento, Sarah se convirtió en mentora para otros jóvenes, enseñándoles a ellos lo que había aprendido. “Me siento muy feliz y orgullosa de hablar a mis compañeros. Me daba vergüenza hablar en público, pero ahora estoy feliz de compartir mis ideas con ellos. La comunidad me considera un ejemplo”.
Continúa: “Solía sentarme a esperar a que me dieran las cosas, pero ahora tengo una mentalidad de negocios: puedo empezar un negocio y verlo progresar. Ahora puedo mantenerme a mí misma. Como mujer, eso me hace feliz”.
Sarah y Ronald abrieron recientemente una tienda, que empezó como un puesto callejero. También han expandido su negocio a la producción de chiles y la cría de cerdos. Sarah ahora es la presidenta del grupo de ahorros y Ronald es el tesorero.
“El mayor cambio que nos ha traido el programa es en nuestra relación. Ahora trabajamos juntos para sacar adelante la familia. Antes luchaba yo solo por traer el dinero a casa y era más duro”, dice Ronald con una sonrisa.