El proyecto STEAM de Plan International proporciona un espacio de creación a los estudiantes de la región de Dolpa, para llevar a la práctica lo que aprenden en los libros, en materia de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Además, les proporciona materiales para continuar con sus estudios en casa, en los meses en los que la escuela está cerrada.
En la escuela James, en la remota región montañosa de Dolpa, en Nepal, hay 250 estudiantes. Además del programa de estudios habitual, se enseña a los alumnos y alumnas la importancia de la limpieza y la protección del medio ambiente.
Con baños separados para niñas y niños, los estudiantes comprenden la importancia de mantener limpias las instalaciones y asumen la responsabilidad de su mantenimiento. “Tenemos que mantener en buen estado los baños de la escuela, igual que los baños de casa. Es nuestro deber limpiar el baño después de usarlo”, dice James.
James, muy querido por sus profesores, sigue sin objeción las reglas de la escuela. A los estudiantes que no las siguen se les dan responsabilidades adicionales, para ayudarles a reflexionar y desarrollar un sentido de la responsabilidad.
Espacios de creación
La escuela de James cuenta con un espacio de creación y un laboratorio de informática, ambos creados como parte del proyecto STEAM de Plan International.A pesar de la infraestructura limitada y la electricidad intermitente en la región de Dolpa, la escuela proporciona ordenadores para garantizar que los estudiantes tengan acceso a la tecnología.
Para James, el espacio de creación ha transformado su día a día en la escuela, convirtiendo teorías complejas en conceptos atractivos y comprensibles. El enfoque práctico del espacio común ha ayudado a que sus lecciones de ciencia y tecnología no solo sean más divertidas, sino también más fáciles de entender.
“Antes de tener el espacio de creación, era un desafío aprender conceptos abstractos, por ejemplo, cómo funcionan las máquinas o los principios de la física”, explica James. “Pero ahora ver estas teorías en acción ha marcado una gran diferencia. Por ejemplo, cuando estábamos aprendiendo cómo funciona un camión de bomberos, podíamos ver un modelo e interactuar con él. Esto hizo que fuera mucho más fácil comprender los principios que hay detrás”.
La sala contiene una variedad de herramientas y recursos que cubren diferentes aspectos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). Esto le permite a James explorar los temas de una manera práctica, fomentando una comprensión más profunda. “Cuando trabajamos en la construcción de máquinas simples o experimentando con circuitos eléctricos, sentí que estaba aprendiendo, mientras estaba haciendo y no solo leyendo”, agrega James.
En general, el espacio de creación no solo ha hecho que el aprendizaje sea más atractivo para James, sino también más efectivo. “Es más fácil recordar y aplicar lo que aprendemos cuando podemos verlo y tocarlo. El espacio de creación realmente ha hecho que el aprendizaje sea divertido y me ha ayudado a comprender teorías complejas de una manera mucho más simple”.
En la región de Dolpa, las escuelas funcionan solo siete meses al año, debido a las fuertes nevadas y a la temporada de recolección. Durante los cinco meses restantes, las escuelas rara vez abren, lo que aumenta el riesgo de que los estudiantes olviden lo que han aprendido.