Los primeros cinco años de vida son cruciales para el desarrollo integral de los niños y niñas, ya que influyen significativamente en su futuro. La iniciativa “Buen Comienzo Atención Integral a la Primera Infancia” proporciona los recursos necesarios para esta etapa, representando una inversión significativa en el desarrollo infantil.
Nathaly y su transformación
Nathaly, quien participó en programas de Plan International durante su niñez, es madre de dos niños que ahora forman parte de la iniciativa Buen Comienzo. Antes de descubrir el centro, luchaba por equilibrar sus responsabilidades como madre y sus estudios universitarios. “Gracias a las animadoras que promocionaban el centro, encontré un lugar seguro y educativo para mis hijos, lo que me permitió retomar mis estudios de psicología escolar“, comparte Nathaly. Para ella, el centro no solo es una bendición personal sino también una necesidad comunitaria. “Con el apoyo del centro, estoy decidida a graduarme como psicóloga escolar y brindar un futuro mejor tanto para mí como para mis hijos”, afirma.
Desafíos del proyecto
Escarlet, trabajadora del proyecto, explica: “Las personas tenían que esperar a que sus niños y niñas tuviesen cinco años para entrar a la escuela”. Esta espera afectaba el aprendizaje, ya que no recibían la estimulación temprana necesaria. Ahora, los niños llegan a la escuela con una base educativa sólida, que sus padres pueden reforzar en casa.
“Les enseñamos a diferenciar los días de la semana, los meses del año y las condiciones climáticas”, detalla.
El impacto en la vida de Alaila
Alaila, madre de dos niñas, encontró en el proyecto un apoyo crucial para su educación y la de sus hijas. “No solo me brindó tiempo y espacio para concentrarme en mis estudios, sino que también fue un salvavidas para mi hija menor”, explica. Inspirada por esta experiencia, Alaila se visualiza como una futura psicóloga escolar, motivada por el deseo de ofrecer lo mejor a sus hijos.
Sobre el proyecto
En las 40 comunidades participantes del programa, muchos niños viven en condiciones vulnerables. La iniciativa cuenta con 147 trabajadores y un equipo técnico multidisciplinar. Este año se ha alcanzado a 3.600 niños y el año pasado a 3.700. Sin este esfuerzo conjunto, no tendrían acceso a la educación temprana que necesitan.
Acceder a la educación y estimulación temprana marca una gran diferencia para el bienestar presente y futuro de los niños. Por ello, se deben proporcionar entornos seguros donde puedan desarrollar todo su potencial.