Coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos, Plan International concluye que los derechos de las niñas son, cada vez, más tenidos en cuenta. Sin embargo, siguen existiendo importantes desafíos, como la resistencia de los grupos anti derechos.
Terminamos el año 2024 con una buena noticia: los derechos de las niñas se mencionan, cada vez más, en las políticas y las leyes internacionales.
Desde 2018, se han logrado interesantes avances, diferenciando, de forma específica, a las “mujeres” y la “infancia”. Además, ha aumentado su participación en los procesos de Naciones Unidas, como líderes y agentes de cambio social.
Este progreso se refiere, sobre todo, a los derechos a la educación, salud, no discriminación y eliminación de todas las formas de violencia. Además, se observan avances en la inclusión y tratamiento de los derechos de las niñas, en el contexto de identidades interseccionales, especialmente en referencia a los derechos de las personas indígenas, de las personas con discapacidad y los derechos de las niñas en el entorno rural.
A pesar de los avances, se siguen produciendo desigualdades y hay importantes amenazas para los derechos de las niñas, que se mantienen en segundo plano en los derechos políticos y económicos, dejando a las niñas en situación de riesgo.
Además, existe una creciente reacción contraria, en particular en áreas como la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Esta reacción pone en peligro los avances en la promoción de una educación sexual integral, un mayor rol de la familia, la capacidad de acción y la autonomía de las niñas y su participación plena.
Por otro lado, también existe una brecha en el reconocimiento de las identidades interseccionales de las niñas, como la raza, la discapacidad y la orientación sexual.
En este contexto, es fundamental seguir defendiendo y priorizando los derechos de las niñas y mantener las acciones para abordar la desigualdad basada en género, edad e inclusión, garantizando su participación plena, igualitaria y segura en los foros mundiales.