Atendemos a la infancia tras el ciclón Gombe en Mozambique

En marzo de 2022, el ciclón tropical Gombe, una tormenta de categoría 3, azotó el norte de Mozambique, afectando especialmente a la educación y la protección de la infancia. La tormenta también destruyó casas, inundó tierras de cultivo y afectó a más de 380.000 personas solo en la provincia de Nampula, entre ellas decenas de miles de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares.  

El ciclón ha destruido los materiales escolares y dañado los edificios escolares, dificultado aún más el acceso a la educación de los niños y las niñas. Muchos de ellos ya llevaban más de año y medio sin ir a clase como consecuencia de la pandemia. 

“Mis padres me dijeron que, como me había quedado sin materiales escolares, no era necesario que volviera a la escuela y que debía quedarme en casa cuidando a mi hermano”, dice Musa, de 13 años, que está en séptimo curso. 

Plan International está distribuyendo kits escolares para que niños y niñas como Musa, que lo han perdido todo, puedan retomar sus estudios. Aunque tuvimos muchas dificultades para acceder a las comunidades, finalmente conseguimos distribuir 140 kits a en una de las escuelas primarias más afectadas por el ciclón.   

La importancia de proteger a las niñas y jóvenes

Durante las emergencias, las niñas, jóvenes y las mujeres son especialmente vulnerables a la explotación y los abusos, tienen necesidades sanitarias específicas que a menudo se descuidan y carecen de la protección que antes les brindaban sus familias y comunidades. 

Para proteger a las niñas que viven en los campamentos de desplazados internos, estamos repartiendo kits de dignidad para que las niñas puedan gestionar su higiene menstrual. Además, estamos ofreciendo apoyo psicosocial para atender a las que han sufrido violencia e impartiendo sesiones sobre cómo denunciar los abusos. 

Para Ruth, de 15 años, el impacto del ciclón le ha hecho sentirse mucho más vulnerable, ya que aún no se ha recuperado de la huida del conflicto en Cabo Delgado. “Mis padres hicieron un sacrificio para que me fuera del país porque soy una niña.  Espero que estén a salvo. Todavía pienso en las amistades que dejé atrás, los echo de menos y espero que estén bien”, concluye.