El deporte es una poderosa herramienta para desarrollar confianza, disciplina y habilidades para la vida. No solo fomenta el desarrollo personal, sino que también promueve la educación y la protección. En diversas culturas, donde las mujeres y las niñas encuentran obstáculos significativos para participar en actividades deportivas, practicar deporte puede ser un acto de resistencia. Alliance, una joven refugiada en Ruanda, es un ejemplo inspirador de cómo el deporte sirve para avanzar en igualdad de género.
Desde los diez años, Alliance se interesó por el kárate, desafiando estereotipos en su comunidad y alcanzando el nivel de cinturón marrón. Ha ganado tres medallas en competiciones locales, demostrando que el kárate no tiene género. Su historia destaca cómo el deporte puede contribuir a que las niñas superen barreras y desarrollen todo su potencial.
“Muchas de mis amigas dicen que el kárate es un deporte aterrador, con combates demasiado duros para las chicas, sin embargo, me niego a cambiar mis ideas por las expectativas de la sociedad”, cuenta la joven.
Alliance descubrió su pasión por el kárate gracias a su hermano mayor, miembro del club local en su comunidad de refugiados en Ruanda. Desde entonces, este deporte no solo ha sido una actividad física para ella, sino una vía para desarrollar su autoconfianza y encontrar un propósito en la vida. En una sociedad donde los estereotipos de género a menudo limitan las oportunidades de las niñas, Alliance decidió desafiar las normas establecidas y demostrar que el kárate no es exclusivo para los chicos.
Al principio, la idea no gusto en su entorno familiar y social. Muchos cuestionaban su elección de practicar un deporte percibido como masculino. Sin embargo, esto solo fortaleció su determinación. En los ocho años que lleva en el club de kárate de su comunidad, ha encontrado apoyo entre otros miembros, incluyendo a 15 chicas que también desafían las normas de género.
Durante este tiempo, Alliance ha competido en numerosos eventos locales, acumulando experiencia y habilidades en el estilo Shotokan, alcanzando el prestigioso nivel de cinturón marrón. Sus logros en el kárate no solo han sido reconocidos con medallas, sino que también han servido como un ejemplo poderoso para otras jóvenes en su comunidad.
Mirando hacia el futuro, Alliance tiene el objetivo de crear su propio club de kárate para niñas y mujeres jóvenes en su comunidad, con el fin de compartir su experiencia y motivar a otras a seguir sus pasos. Su historia no solo demuestra la transformación personal que el deporte puede ofrecer, sino también el potencial del kárate y otros deportes para promover la igualdad de género en contextos desfavorecidos como los campamentos de personas refugiadas.