Jóvenes que luchan contra la trata de personas en Nepal

“Nunca pensé que en mi comunidad llegaríamos a tener acceso a un ordenador, una televisión o una tablet”. Mi sueño se ha hecho realidad”, dice Roshani, una joven de 19 años que se ha convertido en una líder comunitaria que lucha contra la trata de personas en el municipio rural de Koshi, en Nepal. 

Roshani vive en un pueblo fronterizo con la India, en el que el acceso a servicios básicos todavía es muy escaso.

Esto está provocando que cada vez más niños, niñas y personas adultas crucen al otro lado de la frontera con falsas promesas de acceder a un trabajo, educación o una fuente de ingresos estable.

Roshani es activista contra la trata de personas junto con otras amigas de su pueblo. Durante los dos últimos años, las jóvenes se han dedicado a ir de puerta en puerta y a visitar escuelas y teterías de su comunidad para sensibilizar sobre los peligros de la trata y la migración insegura. 

Antes, los y las jóvenes no tenían un lugar donde celebrar sus reuniones, pero ahora cuentan con un centro de recursos específico en su comunidad creado con el apoyo de Plan International a través del proyecto PROTECT. 

Este centro ofrece a los y las jóvenes un espacio seguro en el que pueden organizar sus actividades y ofrecer sesiones de intercambio y aprendizaje sobre la trata y la migración insegura de los niños, niñas y jóvenes. 

“Antes, teníamos que buscar lugares cada vez que necesitábamos hacer algún acto o reunión. Ahora, este centro es nuestro punto de encuentro en el que organizamos nuestros eventos y planificamos las campañas. Esto nos ha servido para llevar a cabo un trabajo con una visión más estratégica”, explica Roshani. 

El municipio de Koshi ha cedido el espacio y la logística necesaria para ponerlo en marcha, mientras que desde Plan International hemos aportado el equipo técnico, que incluye ordenadores, televisión y otros aparatos. 

Además de este centro, el proyecto PROTECT ha creado otros tres centros en los distritos de Banke y Sunsari, situados en zonas con altos niveles de trata. Cada centro tiene capacidad para acoger a seis o siete personas que pueden acceder a más información sobre la trata.

Estos centros ya han tenido un gran impacto en el poco tiempo que llevan funcionando. Ahora, son un lugar clave para las consultas e intercambio de información relacionada con la trata de personas. 

Roshani afirma que espera que ahora más personas sean capaces de identificar y prevenir los casos de trata, y conseguir, de este modo, que su comunidad se convierta en un lugar más seguro.