La historia de Luceli: de niña apadrinada a joven empresaria

Luceli es una ex niña apadrinada de El Salvador a la que siempre le ha apasionado cocinar.Ahora, gracias a Plan International, estoy emprendiendo mi negocio; una panadería”, cuenta con orgullo. 

Luceli tenía solo 6 años cuando fue apadrinada por primera vez por un canadiense, lo que la ayudó a acceder a la educación, algo que cambió su vida para siempre. 

“Participé en el programa de apadrinamiento hasta los 18 años. Después de eso, gracias a una beca de Plan International, terminé la secundaria”. 

Ahora, con 22 años, es aún más consciente de los beneficios de los programas de Plan International. 

“Un día me comentaron que Plan International estaba ofreciendo unos cursos. Tenía curiosidad, así que fui y me apunté a un curso de gastronomía. Ahora, gracias a ello, estoy montando mi propio negocio”. 

Dirigir un negocio es un gran desafío. Se necesita mucha dedicación, especialmente para los y las jóvenes que crecen en países donde enfrentan muchas dificultades. En El Salvador, la escasez de recursos contribuye a que el 30% de la población viva por debajo del umbral de la pobreza. 

GRANDES PLANES DE FUTURO

“Mi idea es hacer crecer el negocio poco a poco, gracias a los materiales y recursos que recibí hace un tiempo”, dice, refiriéndose a la iniciativa de formación puesta en marcha por nuestra organización. Además, el objetivo de Luceli es que su negocio mejore la situación económica de toda su familia. 

“Si puedo, también me gustaría apuntarme a un curso de inglés para que mi negocio pueda crecer y poder ayudar a mi familia con algunos de sus gastos diarios, especialmente las matrículas escolares de mis hermanos menores”, dice y agrega: “mi sueño es que mis hermanos sigan estudiando”. 

Luceli también está motivada para impactar positivamente en la vida de sus vecinos. “En nuestra comunidad el pan viene de lejos y es más caro. Quiero que mis productos tengan un precio asequible para que las familias puedan pagarlos”, explica. ”Mi negocio también creará algunos puestos de trabajo para jóvenes que quieran aprender a hacer pan”. 

HORNEANDO FUTUROS BRILLANTES

Luceli sueña con un futuro prometedor. Está segura de que, si se le da la oportunidad, su generación puede crear un gran cambio. 

“Creo que la juventud puede impactar positivamente en la sociedad y alcanzar sus metas si trabajan duro”, explica. 

Mientras tanto, como cualquier empresaria, Luceli planea hacer realidad sus sueños y sabe que, incluso los actos más simples, pueden tener un impacto significativo. 

“Quiero tener mi propia panadería porque quiero vender café y pan recién horneado para que la gente lo disfrute. Todos los productos frescos saben mejor”.