Rosario es parte del equipo de Plan International en Ecuador, el cual trabaja en la provincia de Chimborazo con las niñas y los niños de varias comunidades. Ella entrevistó a Mayra, una de las niñas que han participado en los proyectos de Plan International. La siguiente historia es el testimonio de Mayra:
Tengo un hermano mayor y un hermano menor, mi madre y padre siempre eran más cercanos con ellos. Un día, por razones que no recuerdo, me fui a vivir con mis abuelitos, quienes me cuidaban mucho y me dieron la educación. Gracias a ellos, llegué a la escuela de mi comunidad donde me encontraba con mis hermanos todos los días.
Pienso en mi infancia con mucha felicidad, especialmente la escuela, que se convirtió en un segundo hogar para mí. A la hora del recreo, yo era la única niña que jugaba fútbol, esa era mi pasión. Y al finalizar la escuela, regresaba a la casa, donde ayudaba a mis abuelitos con el ganado y la siembra. Llegada la noche, hacía mis deberes para el siguiente día.
En mi comunidad no había colegio para continuar mis estudios, pero mis abuelitos me ayudaron para que continuara en el colegio de la parroquia central. Tenía que madrugar y caminar más de una hora para tomar transporte en la vía principal.
Mi vida en plan International
Un día, mi madre llegó a la casa de mi abuelita a invitarme a que asistiera a una reunión de chicas. Ahí fue cuando Plan International entró a mi vida. Escuché hablar sobre su trabajo y sobre los talleres del proyecto Zona Libre de Embarazo Adolescente (ZLEA). En este espacio perdí el miedo y la vergüenza a hablar sobre diferentes temas. El personal de Plan International también nos llevó a otras parroquias para compartir con otras jóvenes, además de realizar otros talleres con madres y padres de familia para que conozcan sobre el proyecto.
El personal de Plan International siempre nos contacta en kichwa, ya que en nuestras comunidades es el idioma que más usamos. Asistimos 22 chicas a los talleres y luego cuatro fuimos seleccionadas para participar en la Escuela de Liderazgo por seis meses. Este fue un paso importante en mi vida ya que todos y todas en la comunidad nos conocían por participar en el proyecto. Posteriormente, formé parte del Movimiento Por Ser Niña, donde entendí la importancia de aprender, participar y liderar a mi edad. En el Movimiento queremos que las niñas no suframos violencia de ningún tipo, por lo que debemos estar alertas y no quedarnos calladas. Después, fui considerada como promotora del proyecto ZLEA en mi comunidad, donde apoyé facilitando los talleres y como voluntaria comunitaria de Plan International.
Cuando estalló la pandemia, tenía muchas dificultades porque no tenía internet ni dispositivos móviles para seguir las clases virtuales. Plan International me dio una tablet nueva para poder seguir en el colegio.
Soy feliz porque ahora vivo con mis padres y en mi casa todos y todas hacemos las tareas del hogar. Además, soy integrante del Club Deportivo Femenino de mi Comunidad. Con mucho esfuerzo, mis padres instalaron internet en la casa y ahora puedo seguir mis clases con la tablet. Este año terminaré bachillerato.