Nepal, un país en el corazón del Himalaya, ofrece una riqueza de maravillas geográficas, culturales y religiosas. Desde las majestuosas montañas hasta los valles y sus tradiciones, Nepal es verdaderamente único en su diversidad. En Plan International llevamos trabajando desde 1978, para garantizar los derechos de la infancia y comunidades más vulnerables.
Ubicado entre la India y China, Nepal presenta una geografía diversa que va desde el sur fértil y urbanizado hasta el norte montañoso, hogar de ocho de las diez montañas más altas del mundo, incluido el legendario Everest. En Katmandú, la capital, los inviernos son fríos y secos, con mañanas cubiertas de escarcha y niebla, mientras que los veranos son cálidos y húmedos, con temperaturas que oscilan entre los 15°C y los 32°C.
Nepal es una cuna espiritual, donde el hinduismo predomina pero convive en armonía con el budismo, siendo este último el lugar de nacimiento del propio Buda. Diferentes grupos étnicos practican una variedad de otras religiones, contribuyendo a la tolerancia. Los festivales como Dashain y Tihar, celebrados en septiembre y octubre respectivamente, son momentos ideales para sumergirse en la rica tradición nepalí y presenciar la celebración de la vida, la familia y la renovación espiritual.
Trabajo de Plan International en Nepal
Desde 1978, Plan International está presente en Nepal para apoyar a los niños, niñas, familias y comunidades en situación de vulnerabilidad a garantizar sus derechos a través de protección, educación y participación. Colaboramos con socios locales para promover un mundo justo donde todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades.
Nepal sigue siendo una sociedad con grandes desigualdades, y los grupos minoritarios son especialmente vulnerables. El acceso de las niñas y las mujeres y su participación en la esfera social, económica y política está limitado, y está sujeta a normas y prácticas sociales nocivas.
Nuestras prioridades incluyen proporcionar igualdad de oportunidades para niñas y niños en sus comunidades, reducir la violencia contra las niñas y las mujeres, y abordar actitudes y prácticas discriminatorias para hacer comunidades libres de matrimonio infantil, así como de trabajo infantil. También fortalecemos la resiliencia de las comunidades frente a desastres naturales.