LA LABOR DE PLAN INTERNATIONAL FRENTE AL MATRIMONIO INFANTIL

El matrimonio infantil viola los derechos humanos independientemente de si la persona involucrada es un niño o una niña, pero sin duda se trata de la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de las niñas.

El matrimonio infantil amenaza el futuro de las niñas. Por ello, para luchar contra el matrimonio infantil, Plan International participa activamente en campañas de protección a las niñas.

Nuestra actuación ante el matrimonio infantil: proteger a las niñas. Crear un ambiente de protección para las niñas es fundamental. Las niñas y niños casados prematuramente suelen sentirse aislados, se les aleja de sus familiares más cercanos, se les saca de la escuela y se les niega la relación con los de su edad y con su propia comunidad. El embarazo prematuro lleva a las adolescentes a correr riesgos más graves (incluida la muerte durante el parto), que ponen en peligro la salud de estas jóvenes madres y de sus bebés. Las adolescentes son más susceptibles a contraer enfermedades sexuales que las mujeres de más edad.

Garantizar que las niñas puedan disfrutar de su derecho a decidir su futuro es fundamental para lograr la igualdad de género. Desde Plan International llevamos a cabo proyectos para que todas las niñas tengan acceso a una educación de calidad y retrasar el matrimonio o el parto para romper así el círculo de la pobreza, y que puedan tener un futuro mejor.

Si no hacemos nada, en 2020 más de 140 MM de niñas serán obligadas a casarse.

CASOS DE MATRIMONIO INFANTIL: TESTIMONIOS

Cada dos segundos una niña como Aneni es obligada a casarse, algunas con tan sólo cinco años. El matrimonio infantil es una de las principales barreras a la educación de las niñas y las coloca en un gran riesgo de aislamiento, violencia y muerte por embarazo prematuro.

Rina tiene 16 años y es madre de una niña de 3 meses. Su marido tiene 17 años y trabaja en una fábrica. Rina se casó cuando tenía 15 años, igual que su madre. Los padres de Rina querían que se casara joven y que tuviera un bebé, por lo que no pudo tomar decisiones sobre su vida ella misma. Rina no podía negarse a la decisión de sus padres.

Sabita, de 16 años, se casó cuando sólo tenía 14 años, y ahora tiene un hijo de 8 meses. Su padre enfermó y sufre una parálisis en el lado izquierdo del cuerpo. Esta fue la razón por la que tuvo que abandonar la escuela y por la que se casó tan joven. “Cuando tenía 14 años mi familia empezó a hablarme sobre mi matrimonio, no me podía negar porque es la tradición en nuestro pueblo, era una especie de presión “cuenta Sabita.

“Somos pobres. Mi madre y mi hermano solían trabajar como obreros. Tuve que abandonar la escuela cuando estaba en segundo grado. Durante mi embarazo no me encontraba bien, vomitaba constantemente y no podía comer nada, sólo leche. Ahora mi bebé no está muy sano. Me he dado cuenta de que mi vida ha cambiado negativamente desde que me casé.

Rita (17 años) tiene que cuidar de su bebé de dos meses de edad mientras hace todas las tareas de casa: ir a por agua, cocinar… Desafortunadamente, Rita tuvo que dejar la escuela para casarse cuando se encontraba en quinto grado. Casarse joven es lo habitual en su comunidad.

Sus padres no podían esperar a casarla porque temían tener que pagar mucho por la dote a la familia del chico. (La dote es una práctica social que consiste en pagar con dinero y en especies a la familia del novio, tras tomar la decisión de casarse). Rajendra, marido de Rita, estaba estudiando séptimo grado en la misma escuela. Él no había trabajado nunca y había sufrido dificultades en su vida.

Bakul se casó cuando tenía 15 años y tuvo que abandonar la escuela. Ahora, con 17 años, no puede volver a la escuela porque tiene que cuidar de su hijo.

Ninguna niña debería ser obligada a casarse. Todas deberían tener la oportunidad de completar su educación y decidir sobre su futuro. Millones de niñas no tienen elección.