Las niñas y adolescentes de los países más afectados por la actual crisis alimentaria global están en grave riesgo de sufrir formas de violencia como matrimonios infantiles, explotación o violencia sexual, según el informe “Más allá del hambre: impactos de género de la crisis alimentaria” de Plan International, elaborado a partir de encuestas a 7.158 personas en Kenia, Somalia, Etiopía, Sudán del Sur, Malí, Níger, Burkina Faso y Haití, los países con una situación más crítica.
La combinación de los efectos devastadores del cambio climático, los conflictos de Ucrania y otros países, y las crisis macroeconómicas derivadas de la pandemia, ha desembocado en una crisis alimentaria global sin precedentes, que afecta ya a 345 millones de personas de 82 países y ha llevado al borde de la inanición a 50 millones.
Aunque las causas de la escasez de alimentos varían entre países, las entrevistas y análisis de Plan International revelan que las niñas, adolescentes y mujeres se enfrentan en todos los casos a un incremento alarmante de diferentes formas de violencia como las violaciones, la violencia de pareja, los matrimonios infantiles, precoces y forzados, la mutilación genital femenina, el acoso sexual y la explotación sexual.
“A menos que se aumente urgentemente la ayuda internacional, innumerables niñas corren el riesgo de convertirse en víctimas invisibles de esta devastadora crisis del hambre. El hambre es un problema que tiene solución, pero es necesario actuar con urgencia para evitar que esta crisis alimentaria se convierta en una hambruna en toda regla que afecte sobre todo a los niños, y especialmente a las niñas. Los donantes deben aumentar la financiación”, asegura Concha López, directora general de Plan International, desde Somalia.
En los ocho países analizados el informe constata que las normas sociales discriminatorias hacen que las niñas y las mujeres suelan comer menos, después de los niños y los hombres del mismo hogar, y en muchas ocasiones alimentos menos nutritivos, lo que tiene profundas consecuencias para su salud y desarrollo.
En Etiopía, que junto con Kenia y Somalia sufre actualmente la peor sequía experimentada en el Cuerno de África en 40 años, el matrimonio infantil ha aumentado un 51% en el último año, según los datos
disponibles, ya que las familias en una situación desesperada recurren a casar a sus hijas para aliviar la presión sobre la economía familiar u obtener el pago de la dote.
Las niñas y adolescentes también sufren violencia sexual y física cuando buscan el escaso agua potable, para lo que a menudo recorren entre 15 y 25 km, incluso de noche para evitar las aglomeraciones en los puntos de suministro. En Kenia y Somalia, las niñas y mujeres participantes en los grupos focales explicaron que se mueven en grupo para recolectar agua y leña con el objetivo de mitigar el riesgo y, en Somalia, algunos hogares declararon preferir cocinar con carbón en lugar de leña para reducir el riesgo de violencia sexual en los trayectos de búsqueda.
“Recorrer largas distancias de noche es muy arriesgado para nosotras, las niñas y las mujeres más jóvenes están muy expuestas a riesgos de violencia sexual, incluida la violación, y se ven amenazadas por animales salvajes peligrosos como las hienas; sin embargo, la mayoría de las veces preferimos ir a las fuentes de agua de noche para evitar la competencia y conseguir agua”, asegura una mujer etíope entrevistada en el estudio.
Según el informe, el hambre también está afectando a la educación de los niños y niñas, ya que la matriculación y la asistencia a la escuela -especialmente en niñas y adolescentes- disminuyen a medida que aumenta la inseguridad alimentaria. Las familias informan de que, cuando los niños asisten a la escuela, tienen dificultades para seguir estudiando debido al hambre. Sin embargo, los comedores escolares suelen animar a las familias a llevar a sus hijos e hijas a la escuela.
Además, también están aumentando los embarazos no deseados, y las personas encuestadas destacan la falta de acceso a suministros de salud e higiene menstrual. Por ejemplo, en Somalia, el 30% de las niñas y mujeres encuestadas mencionó como barrera la falta de dinero para comprar productos de higiene menstrual y, en Etiopía, las mujeres describieron cómo la falta de agua es un desafío para mantener una higiene menstrual segura, íntima y digna.
El hambre que asola Etiopía y Somalia
A lo largo del Cuerno de África, la sequía, en combinación con la inseguridad, está forzando el movimiento masivo de personas, incluyendo a grandes cantidades de ellas cruzando la frontera de Etiopía a Somalia.
En Etiopía, donde hay datos locales disponibles de denuncias por violencia por razón de género, ha podido comprobarse su incremento, especialmente de los casos de violación y de matrimonio infantil temprano y forzado. Las personas encuestadas en Somalia también declararon que existe un problema de seguridad debido al incremento de las violaciones, mientras que un tercio de las chicas declaró que la violencia sexual es la mayor preocupación de seguridad a la que se enfrentan.
En Etiopía, los desplazamientos y la migración asociados a la sequía están contribuyendo a un incremento del tráfico de niñas y jóvenes, tanto entre las desplazadas internas como entre las comunidades de acogida. Según las personas entrevistadas, las personas afectadas por la sequía se desplazan a las áreas urbanas, donde se ven obligadas a vivir en refugios desprotegidos, a menudo en la calle, lo que a su vez incrementa la exposición de los niños, especialmente de las niñas, al abuso sexual, la violencia y al riesgo de tráfico humano.
Mientras en algunos países se enfatizó que el trabajo en el hogar sigue perteneciendo casi exclusivamente a la esfera femenina, se mencionaron ejemplos de niños y hombres cuyos roles han cambiado para enfocarse en responsabilidades más domésticas. Por ejemplo, en Somalia indicaron que, al mismo tiempo que niñas y mujeres empiezan a ejercer actividades generadoras de ingresos, hombres y niños se dedican a limpiar la casa, cocinar, cuidar de los pequeños y recolectar leña.
La actuación de Plan International ante la crisis de hambre
El objetivo del informe “Más allá del hambre: el impacto de género de la crisis alimentaria global” es analizar y entender los cambios de roles y responsabilidades durante las crisis, estudiar las capacidades, vulnerabilidades y necesidades específicas diferenciadas por edad y género y ofrecer recomendaciones para una respuesta con perspectiva de género que evite la invisibilización de niñas y adolescentes como principales víctimas de esta crisis.
Plan International se ha unido al llamamiento urgente a los gobiernos donantes para que aporten 20.563 millones de euros para evitar que 50 millones de personas lleguen a la situación de hambruna.
La organización humanitaria y de defensa de los derechos de la infancia también pide que se destinen fondos a programas de protección infantil, violencia de género, nutrición, salud mental y apoyo psicosocial, salud y derechos sexuales y reproductivos, y educación. Esto incluye la financiación de programas críticos de comedores escolares y el apoyo a respuestas dirigidas a nivel local siempre que sea posible.
En la actualidad, la organización proporciona ayuda vital en los ocho países incluidos en el estudio, que incluye ayuda en efectivo, alimentos de emergencia, suministro de agua y comidas escolares.
Concretamente en Somalia y Etiopía, dos de los países más afectados por esta crisis, Plan International es la única organización que trabaja con fondos provenientes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en un proyecto que da soporte a ambos países en respuesta a esta emergencia. Este proyecto se enfoca principalmente en la población desplazada a causa de la sequía, especialmente en la prevención y respuesta ante los riesgos de protección infantil y violencia de género.