Cerca de dos millones de personas de Sudán del Sur se han visto desplazadas a los países vecinos por la guerra civil que está teniendo lugar en el país. Etiopía se ha convertido en el segundo país de África que más refugiados acoge después de Uganda, con cerca de medio millón de refugiados establecidos en la región de Gambella.
Durante su viaje a Etiopía tuvieron que caminar largas distancias día y noche. “Viajamos durante 5 días a pie por el bosque hasta llegar a la frontera. Pasé mucho miedo”.
Fue durante el trayecto cuando Nyaluak fue mordida por una serpiente en la pierna. “Desde ese momento no pude andar bien, me sentía enferma. No había hospitales, ni medicina, ni comida”. Cuando llegaron a la frontera con Etiopía, Nyaluak pudo acceder a un centro de salud. Sin embargo, al estar gravemente herida, los profesionales sanitarios decidieron amputar su pierna.
Nyaluak y su familia fueron trasladados al campamento de refugiados en el que trabajamos proporcionando servicios de ayuda básica humanitaria como la provisión de apoyo psicológico, instalaciones sanitarias y alimentos en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos.
Con la financiación de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comunidad Europea, hemos estado ayudando a Nyaluak y su familia. Ahora es alumna de tercero de secundaria cuya asignatura favorita es matemáticas. Nyaluak forma parte del “Girls’ Club” de su escuela, en el que se motiva a las jóvenes a reunirse, discutir de los problemas que las afectan y apoyarse entre ellas.
“Nos han proporcionado camas, mantas y materiales sanitarios. Pero lo que más agradezco es el apoyo de los trabajadores sociales, me han ayudado a olvidar esta mala experiencia y pensar en el futuro. No esperaba sentirme tan fuerte después de todo lo que hemos pasado, pero aquí estoy”.
