Cuando Sabitri, de 33 años, dio a luz a su primera hija, no sabía casi nada sobre cómo cuidarla ni sobre técnicas de crianza. A veces, incluso, daba algunos azotes a su hija cuando se portaba mal, ya que era la forma en la que la castigaban a ella cuando era pequeña.
“Antes no era consciente de las consecuencias negativas del castigo físico, pero ahora he dejado de repetir el mismo error que cometieron conmigo”, cuenta Sabitri.
La opinión de Sabitiri comenzó a cambiar después de asistir a unos talleres de educación para padres organizados por Plan International en Nepal, que forman parte de nuestro programa de desarrollo de la primera infancia. Durante seis meses, los padres y madres asisten a diferentes sesiones formativas en las que aprenden sobre nutrición, higiene, comportamientos positivos y métodos alternativos de disciplina.
La hija mayor de Sabitri tiene ahora ocho años, y la menor 16 meses. “Quiero que mis hijas crezcan sanas y tengan una vida mejor que la mía. Yo no fui a la escuela, pero espero que mis dos hijas tengan acceso a una educación de calidad para que puedan mejorar sus oportunidades”.
Las clases de crianza, impartidas en los distritos de Sindhuli, Bardiya y Jumla, animan a los padres a debatir sobre los problemas a los que se enfrentan: las normas sociales y los tabúes que pueden frenar el desarrollo de los niños y las niñas.
Mona, de 22 años, es madre de una niña de dos años. “Estoy muy contenta de aprender sobre nutrición y sobre cómo alimentar mejor a los bebés. Nos dijeron que evitáramos darles a nuestros hijos comida basura, y ahora mi hija sigue una dieta casera”.
Los trabajadores sanitarios de la comunidad también han notado los cambios entre los padres y madres. “Antes, la mayoría de niños y niñas no seguían una dieta nutritiva. Los padres y madres, a menudo, les alimentaban con comida basura. Gracias a los talleres, las familias son conscientes del tipo de alimentos que deben dar a sus bebés”, explica Sushila Adhikari, trabajadora del centro de salud local.
Ranjita, de 30 años, dice que, gracias a las clases de crianza, ha mejorado su forma de cuidar a sus hijos. “Nunca imaginé que tuviéramos que pensar en la dieta de nuestros hijos durante el embarazo. Me he dado cuenta de que todos los niños y niñas pueden crecer mejor si cuidamos la dieta antes de que nazcan”.
“El compromiso de los padres en la crianza de sus hijos/as es de lo mejor de las clases”, explica Ranjita. “Cuando di a luz a mi primera hija, mi marido no se involucró nada en su desarrollo, pero ahora se implica mucho con nuestra segunda hija”.
Madhu, el marido de Ranjita, admite que descuidó a su primera hija. “Antes pensaba que cuidar de los hijos era obligación exclusiva de las madres. Sin embargo, después de las sesiones, me he dado cuenta de que el papel del padre en el cuidado de los hijos/as es igual de importante para su bienestar”.