Cada vez más personas refugiadas huyen del conflicto en Ucrania atravesando el paso fronterizo de Siret. Cuando llegan, algunos son trasladados a refugios de emergencia donde pueden descansar mientras que otros son llevados a estaciones de tren para que puedan continuar su viaje.
Gregory, de 9 años, acaba de cruzar la frontera junto con su madre, su padre, su hermano, su primo y su tía. Han viajado desde Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que ha sufrido continuos bombardeos desde que comenzaron los ataques.
La familia espera llegar a Turquía, pero primero tienen que encontrar un lugar donde pasar la noche, para después llegar a Bucarest. Los padres de Gregory están agotados y ahora su prioridad es encontrar un lugar donde alojarse. Gregory, en cambio, está deseando practicar inglés mientras nos presenta a su gato, que lleva consigo tras abandonar su hogar.
Cuando nos acercamos, Gregory nos presenta a su gata: “me la regalaron en mi cumpleaños. Tengo 9 años y ella tiene 9 meses. La quiero mucho. Es una hembra escocesa con un pelaje gris y ojos grandes y amarillos verdosos. Se llama Maya”.
La familia lleva viajando desde las 6 de la mañana (ahora son alrededor de las 4 de la tarde). Le pregunto a la madre de Gregory si su hijo entiende lo que está sucediendo. “Entiende que es una guerra, pero no se da cuenta de lo que está pasando exactamente. Intentamos protegerle”, explica.
“Vivimos en una situación acomodada, con buenas condiciones, juguetes y comida. No se da cuenta de que ahora todo eso ha cambiado”.
Mientras Gregory sigue charlando con nosotros, nos cuenta que le encanta aprender inglés. “Yo estoy en tercero y mi hermano en noveno, pero mi escuela ahora ha sido destruida y eso me entristece. Mi madre es profesora y mi padre es empresario”.
Al final de nuestra conversación, Gregory presenta a su oso de peluche. “Este es mi oso de peluche. Es de color marrón, con ojos grandes y se llama Groun. Me gusta, no es solo un juguete, también es mi amigo”.
Al día siguiente nos encontramos de nuevo con la familia en un tren con destino a Bucarest. La gata está durmiendo en su cesta y Gregory está jugando, vestido con una camiseta de Spiderman y unos pantalones impermeables que le protegen de la nieve. Nos cuenta que le encanta Spiderman y que tiene el disfraz y la máscara en casa.
Su padre explica que la familia durmió anoche en una tienda, en colchones tirados en el suelo, y que están deseando llegar a Bucarest y dormir en su propia habitación: han encontrado alojamiento en las residencias de estudiantes de la Universidad de Bucarest.
La familia empezó a viajar el viernes, y finalmente llegó a Bucarest el miércoles, cinco días después. Tienen previsto descansar en la ciudad durante tres días antes de tomar un vuelo a Estambul, para reunirse con sus familiares que viven en Turquía.