En Malawi, muchas familias que atraviesan dificultades económicas optan por casar a sus hijas para reducir los gastos familiares. Este país tiene una de las tasas de matrimonio infantil más altas del mundo, ya que casi una de cada dos niñas se casa antes de cumplir 18 años. Una vez casadas, la mayoría de las niñas no continúan con su educación. De hecho, solo el 15% comienza la escuela secundaria.
Como tantas otras niñas en Malawi, Thoko podría haberse visto obligada a sacrificar su futuro, porque su familia apenas tenía oportunidades. Sin embargo, afortunadamente, no tuvo que hacerlo.
Cuando los padres de Thoko conocieron el programa de apadrinamiento de Plan International, decidieron inscribir a su hija. Y esa decisión lo cambió todo.
Gracias a nuestro programa de apadrinamiento, su familia pudo pagar la matrícula y Thoko tuvo acceso a materiales escolares. Además, los padres de Thoko participaron en formaciones que les sirvieron para crear un pequeño negocio a través del cual generar sus propios ingresos.
A pesar de esto, no todo fue un camino de rosas. Como era la hija mayor, Thoko se tenía que quedar a menudo a cargo de sus hermanos mientras sus padres trabajaban. Entre las tareas del hogar y el cuidado de sus hermanos, no le quedaba mucho tiempo libre para estudiar. Aunque hubiera sido fácil dejar que sus notas bajaran, Thoko se negó a que eso ocurriera. Se mantuvo al día con sus tareas escolares, e incluso encontró tiempo para las actividades extracurriculares.
En 2015, Thoko se unió a uno de los clubes de Plan International y, tras recibir formación, se convirtió en educadora y representó a Plan International Malawi en reuniones sobre prevención de la violencia y en diferentes talleres a nivel nacional e internacional.
El trabajo duro y la determinación de Thoko, junto con el apoyo de su padrino, resultaron ser una combinación poderosa. Tras muchos años de esfuerzo, se graduó y más tarde, encontró un trabajo en el Ministerio de Sanidad.
“Como trabajadora sanitaria, puedo llegar a mi comunidad, incluidas las madres jóvenes”, dice Thoko.
Como parte de su trabajo, Thoko también visita clubes juveniles y escuelas primarias para enseñar a los y las estudiantes sus derechos y abordar las barreras culturales que fomentan la violencia hacia las niñas y mujeres.
“Creo que he inspirado a muchas niñas a esforzarse en la escuela”, dice Thoko. “Soy un referente para las niñas de mi comunidad. Se dan cuenta de que ellas también pueden lograrlo”.
Thoko es muy feliz de poder devolver la oportunidad que le dieron a ella.
“Me encanta que Plan International no solo me ayudara cuando era niña, sino que siguió apoyándome hasta que fui económicamente independiente cuando era adulta”, dice. “Me ha ayudado mucho, y ahora yo también estoy ayudando a otras personas en mi comunidad”.