Estefanía fue una niña apadrinada por Plan International desde los 2 años de edad, recuerda con emoción recibir y enviar cartas, regalos y haber participado en talleres donde aprendió sobre derechos de la infancia.
Es la mayor de 3 hermanos, su madre teje productos con paja toquilla y lana, su papá trabaja en una empresa privada. Ella y su familia son de una comunidad rural en la provincia de Santa Elena.
Cuando Estefanía terminó la escuela, su padre le repetía que no estudiaría la secundaria, ya que él no consideraba que fuese necesario porque es mujer, esto porque estaba convencido de los estereotipos limitantes que había aprendido desde pequeño.
Su madre en cambio siempre la apoyó y se aseguró de que estudiara y terminara el bachillerato. Cuando se graduó, Estefanía tuvo que empezar a trabajar para proveer a su familia.
“Al principio no veía la posibilidad de estudiar la universidad porque tenía la necesidad de dedicarme sólo a trabajar para aportar económicamente en mi familia”.
A través de un voluntario de su comunidad, conoció el proyecto de Becas Universitarias impulsado por Plan International. Se inscribió y llegó a ser una de 35 jóvenes hombres y mujeres seleccionados como becarios.
“No creía que yo sería becada y que tendría el apoyo de una ONG durante mi etapa universitaria”, desde ese entonces inició una de las etapas más importantes de su vida.
Como becada tuvo muchos aprendizajes y recuerda grandes jornadas de estudios, integraciones, momentos emotivos, y también otros momentos difíciles. Recuerda que siempre contó con el apoyo de una técnica de proyecto de Plan International, ella recalca que este acompañamiento fue un soporte valioso hasta lograr su meta.
Estefanía cuenta que una de las mayores inversiones económicas que pudo financiar con su beca fue los pasajes que debía pagar para transportarse desde su comunidad hasta la zona urbana donde quedaba la universidad. Y es que precisamente la distancia es una de las barreras por las que muchas personas no logran estudiar.
La beca a la que accedió Estefanía consistió principalmente en una contribución económica mensual durante 5 años, periodo que duró su carrera universitaria. Con este financiamiento pudo solventar gastos como billetes, útiles escolares y hasta su alimentación. Además, recibió apoyo técnico y participó en formaciones que le sirvieron para desarrollar habilidades como liderazgo, comunicación, autoestima y resiliencia.
En el 2020, a sus 24 años de edad, Estefanía se graduó como Licenciada en Contabilidad y Auditoría, hizo prácticas profesionales en una empresa privada. Dos años más tarde, se desempeña como jefa administrativa en una reconocida empresa laboratorio-camaronera.
“En Plan International aprendí a plantearme mi proyecto de vida y siempre tuve presente que yo podía dar todo de mí en cada paso”
Estefanía comenta que se siente muy orgullosa de demostrarse a sí misma, a su familia y a su comunidad que como mujer de una comunidad rural pudo lograr uno de sus más grandes sueños. Aporta económicamente a su familia, lo que les ha permitido a sus hermanos estudiar. Su siguiente meta es estudiar una maestría en talento humano.