Chrisma, una niña apadrinada por Plan International, ha sufrido junto a su familia los efectos del huracán Matthew en Haití.
Chrisma tiene 10 años. Es una niña apadrinada por Plan International. Vive con sus padres y sus cinco hermanos, tres niñas y dos niños, en Haití.
“Estaba asustada porque el viento era muy fuerte y rápido”, dice Chrisma. Su familia salió de su casa y fue a cobijarse a la de sus vecinos. “Cuando volvimos nos dimos cuenta de que se habían caído las paredes”.
Abraham, su padre, ahora necesita ayuda para reconstruir su casa. “No puedo irme de aquí porque no puedo dejar a mi mujer y mis hijos solos”, dice.
La familia ha perdido sus diez cabras, el burro y sus cosechas. Esto significa que ahora no tienen cómo vivir porque han perdido todas sus fuentes de ingresos. Con seis niños que alimentar y sin comida, la situación de la familia es crítica.
Para empeorar las cosas, un mango detrás de la casa de Crisma perdió las raíces durante el huracán y está en riesgo de caer sobre ella.
“Necesitamos ayuda”, dice el padre de Crisma. “Todo lo que podamos conseguir será bienvenido porque hemos perdido tanto en el huracán…”.
Plan International, organización independiente de cooperación y ayuda humanitaria comprometida con los derechos de los niños, está trabajando en la respuesta a la emergencia en las zonas más afectadas de Haití.
Distribución de ayuda humanitaria en Haití
La organización, que trabaja en Haití desde hace 40 años, está apoyando a 100.000 personas afectadas por el huracán, de las que la mitad son niños y niñas.
Ya ha comenzado la distribución de alimentos, agua potable, colchones, mantas, kits de higiene y productos del hogar entre los más afectados.