Egipto es el tercer país del mundo con mayor prevalencia de mutilación genital femenina, solamente por detrás de Guinea y Somalia, a pesar de ser ilegal desde hace casi una década. No obstante, la prevalencia sería mayor si no fuera por las voces comprometidas de niñas, mujeres y hombres que comparten sus historias de lucha contra una práctica que viola los derechos humanos.
Noha es voluntaria en el centro de desarrollo local de Tamouh, en la gobernanza de Giza, donde realiza sesiones de concienciación contra la mutilación genital femenina. La mutilación genital es un gran problema en Egipto, donde el 91% de las mujeres y niñas han sido mutiladas, a pesar de los cambios legales.
Trabajamos apoyando al centro para la organización de las sesiones. “Al principio teníamos problemas porque las niñas eran muy tímidas y les daba vergüenza hablar de esto delante de los hombres”, dice Noha. “Pero después de unas cuantas sesiones ha desaparecido la vergüenza”.
A sus nueve años, Amel, una eufórica habitante de Tamouh, habla sobre como la mutilación genital femenina no solo puede, sino que debe ser borrada de la sociedad egipcia.
“Las sesiones de concienciación son muy útiles, pero como comunidad tenemos que extender el mensaje. Tiene que haber charlas más a menudo para que la concienciación sobre la mutilación llegue a todo el mundo”.
Las mujeres y las niñas lideran la lucha y están creando conciencia sobre los impactos negativos de la mutilación genital femenina en Tamouh. Les apoyan voluntarios como Ahmed Fathy que difunden los mensajes entre otros hombres.
“No tengo medios para organizar charlas de concienciación, pero llevo el tema de la mutilación genital femenina donde puedo: cafeterías o encuentros familiares, y redes sociales”.
El médico Magdy Helmy Kedees está creando concienciación en sus sesiones para hombres en el centro de desarrollo comunitario de Tamouh. Lamenta que los niños y los hombres no se involucraran antes.
“No nos dimos cuenta de que necesitábamos comunicarnos con los hombres para transmitir nuestro mensaje”, explica. “Más tarde descubrimos que la mejor inversión es alcanzar a las nuevas generaciones”.
Bayoumy Mostafa, estudiante de derecho y presidente del Comité de Asesores Juveniles de Plan International en Tamouh y Giza, está de acuerdo y cree que la mutilación genital puede erradicarse en la región. “Podemos acabar con la mutilación en diez años, pero necesitamos que la comunidad y las agencias del Gobierno cooperen conjuntamente”, dice.
Para otras niñas del pueblo hay una esperanza real de que la mutilación sea erradicada. En todo el mundo, al menos 200 millones de mujeres y niñas hoy en día han pasado por la mutilación genital femenina, pero compartiendo sus experiencias y trabajando con otros para concienciar a la sociedad están ayudando a la próxima generación de niñas de Tamouh para que un día puedan tomar sus propias decisiones.