Emmanuelle tiene apenas 10 meses de edad. Mientras descansa feliz en los brazos de su madre, ella es una de los visitantes más jóvenes en acudir a la oficina de programas de Plan International Camerún en Yaounde.
Danielle, su madre, de 38 años, ha llegado a la oficina para recoger el certificado de nacimiento de su hija. Emmanuelle nació en marzo de 2016 después de que sus padres tuvieran que huir de una guerra civil que estaba ocurriendo en la República Centroafricana y se establecieron en Camerún hace tres años.
Solo dos semanas después de que Emmanuelle naciese, su nacimiento fue registrado gracias a un programa llevado a cabo por Plan International y sus socios. El principal objetivo del programa es asegurar que todos los niños y niñas refugiados que viven en las ciudades de Younde y Douala tengan acceso a la educación, sanidad y protección a través del registro como ciudadanos del país en el que residen.
Emmanuelle ha tenido mucha suerte. Miles de niños refugiados recién nacidos en Camerún no son registrados por lo que no tienen derechos legales para acceder a los servicios básicos como la educación o la sanidad.
El director de programas para refugiados de Plan International Camerún, D. Antoine-Marie Bieteke, nos explica: “La mayoría de la población refugiada no puede registrarse para obtener un certificado de nacimiento. Miles de niños y niñas nacen y crecen sin tener un certificado. La situación es peor para las niñas porque muchos padres piensan que invertir en ellas es una pérdida de tiempo, ya que no necesitarán ir al colegio porque acabarán casándose jóvenes”.
Entre la población refugiada que ha sido registrada gracias al programa social de Plan Internacional, 10 de cada 100 niños no tienen una partida de nacimiento, de los cuales el 70% son niñas. Desde el comienzo del programa en diciembre de 2015, todos los recién nacidos, sin excepción alguna, han sido registrados.
Trabajando conjuntamente con los padres, centros de salud y registros civiles, Plan International ha facilitado la obtención de 198 certificados de nacimiento para recién nacidos, de los cuales 110 son niñas y 88 niños. También hemos proporcionado formación a los refugiados sobre la importancia de poseer el certificado.
“Las mujeres y niñas en edad fértil, así como las mujeres embarazadas fueron el principal objetivo de nuestro equipo de sensibilización”, dice Danielle. “Vienen a las clínicas antes del nacimiento del bebé y hablan con nosotras. Cuando mi bebé nació, me dieron el documento para el registro de nacimiento. Dos semanas después, recibí una llamada de Plan International informándome de que el certificado de mi bebé estaba listo”, nos cuenta con una sonrisa.
También nos aseguramos de que los padres, en especial las madres, entienden cómo hacer el registro de nacimiento por su cuenta. Utilizando instrucciones paso a paso, se anima y fomenta a los padres a registrar a los niños dentro del plazo legal de 6 meses desde su nacimiento.
Tener un certificado de nacimiento es un derecho fundamental para todos, y gracias a nuestros programas de registro, Emmanuelle y cientos de sus amigos tendrán la posibilidad de ir al colegio cuando llegue el momento y construir un futuro mejor para ellos mismos.