Niñas de todo el mundo se han fijado el objetivo de atacar las injusticias que se cometen contra ellas y sus compañeras. Desde Egipto hasta Nicaragua se están fijando metas y las están completando con éxito.
Este Día Internacional de la Mujer, hemos recolectado algunos de los ejemplos más significativos de la lucha de las niñas contra la desigualdad para que las mujeres del mañana vivan en una sociedad más igualitaria, tanto en la esfera pública como la privada. Una lucha que se extiende por todo el planeta y que ya está recolectando frutos.
Con sólo nueve años, Amel se negó a ser mutilada después de una de sus amigas muriera por el sangramiento. Ahora, se dedica a informar sobre los riesgos de la mutilación genital femenina, MGF, para erradicar esta práctica en todo el mundo: “Quiero acabar con la MGF porque tiene efectos negativos para toda la sociedad y daña a muchas niñas alrededor del mundo”.
Amel consiguió convencer a sus padres de que le permitan escoger, pero sabe que no todas sus compañeras tienen ese privilegio, por eso incentiva a sus amigas a negarse a la práctica de la mutilación a través de información sobre los impactos negativos e invita a toda la familia a sesiones formativas que se desarrollan en su comunidad para que entiendan los efectos que puede tener en los cuerpos y las vidas de sus hijas.
Brisa tiene su propio programa de radio en una emisora local de Nicaragua y con el tiempo ha ido aumentando su popularidad entre su audiencia: “Desde embarazo adolescente hasta violencia doméstica, el programa aborda muchos problemas sociales que afectan a mi comunidad”.
“Entre las chicas de mi comunidad, muchas a mi edad ya son madres o están embarazadas y en la mayoría de los casos no son embarazos deseados. Yo quiero cambiar las vidas de las chicas indígenas, que tengan el poder de decir que no decidir sobre sobre su futuro”, nos explica Brisa.
Su impacto entre las chicas de las comunidades indígenas es evidente, miles de ellas escuchan su programa. “Una de las cosas que más me gusta es recibir llamadas telefónicas en el programa. Cuando llaman, sé que han captado el mensaje” nos cuenta Brisa.
Aunque sólo tiene 16 años, Sazeda ya ha conseguido interrumpir 107 matrimonios infantiles en Bangladesh mediante su colaboración con Plan International. Cuando ella tenía 14, sus padres ya querían buscarle un marido, pero ella consiguió disuadirlos para que le permitan seguir estudiando y dejar el matrimonio para después.
Su propia motivación la ha llevado a abordar también el tema del acoso callejero y cree fervientemente que un mundo más seguro para las niñas es posible. Su meta actualmente es la de crear consciencia sobre el abuso infantil y apoyar a todas las niñas y niños para que alcen su voz, conozcan sus derechos y los defiendan.
“Apoyemos a la infancia organizada. Ellos serán los que construyan un mundo nuevo” nos dice.
“Muchas niñas son acosadas en el autobús de camino a la escuela. A una de mis amigas la tocaron y, cuando reclamó, la bajaron del autobús, pero los chicos que la tocaron siguieron su camino” nos explica My, de Vietnam.
Ante esta injusticia creó cuatro cómics en formato de bolsillo que ilustran las situaciones que deben enfrentar las chicas cada día en el transporte público. Dibujados al estilo Manga, no sólo informa de la situación sino que le da pistas a las chicas sobre cómo actuar en casos de acoso y pedir ayuda a otras personas que hayan sido testigos. Además, insta al resto de los pasajeros a no permanecer silentes si ven algún caso de abuso, ya que es responsabilidad de todos mantener a las niñas seguras.
“Aconsejamos ser cuidadosas y les decimos que, si hay alguna emergencia, el conductor debe ayudarlas. Él es responsable de nuestra seguridad en el autobús y muchas personas no saben eso” Explica My que, hasta ahora ha conseguido distribuir 40.000 copias del cómic a los pasajeros del sistema de autobuses de Hanoi y ha conseguido que se forme a casi 5.000 conductores y trabajadores para evitar el acoso a las chicas jóvenes.
“Cuando estaba en la escuela vi a demasiadas niñas abandonar sus estudios por quedar embarazadas y me di cuenta de que si las chicas no cuentan con información, no tienen poder, y supe que tenía que hacer algo” Explica Sophie, que consiguió recolectar 39.000 firmas en su campaña para que las chicas disfruten de servicios de educación y salud que les permita evitar embarazos no deseados.
Gracias a esta campaña, el Gobierno de Uganda anunció que formará a los trabajadores del sistema sanitario de ese país para que pueda abordar apropiadamente las necesidades de las niñas y las mujeres jóvenes.