Nuestra principal preocupación son las niñas y niños cuyas vidas se han visto afectadas por circunstancias que escapan de su control y el impacto negativo que estas políticas puedan tener en su bienestar.
Plan International urge al gobierno de Estados Unidos a revertir su política migratoria de “tolerancia cero” y poner fin a la práctica de separación forzada de familias en su frontera con México, incluida la detención de niños y niñas, que son separados de sus padres.
Estas prácticas son deplorables independientemente del estado legal de los inmigrantes y constituyen una violación directa de los derechos de los solicitantes de asilo consagrados en las leyes estadounidenses y en tratados internacionales que Estados Unidos ha ratificado.
Estados Unidos ha sido un país pionero en recibir y proteger a personas vulnerables y a aquellos que escapan de la violencia y la persecución en cualquier parte del mundo. Ahora, que 68.5 millones de personas se han visto desplazadas por el conflicto y la persecución, es más importante que nunca que Estados Unidos cumpla con su responsabilidad de ofrecer protección a estas niñas, niños y sus familias.
Las familias afectadas en la región fronteriza enfrentan problemas complejos como la desnutrición, falta de oportunidades para las y los jóvenes, el virus del Zika y otros factores sociales que se complican por la violencia y la corrupción en sus países de origen.
La principal preocupación de Plan International son las niñas y niños cuyas vidas se han visto afectadas por circunstancias que escapan de su control y el impacto negativo que estas políticas puedan tener en su bienestar. Las niñas y niños en estas circunstancias son testigos frecuentes de situaciones violentas y están sometidos a mucho estrés, sumado al hecho de que se han interrumpido sus sistemas de apoyo social y educativo. Si se les separa de sus madres, padres, o responsables, son aún más vulnerables.
La falta de protección puede afectar a los niños y niñas toda su vida con graves consecuencias. La violencia y las experiencias traumáticas a las que se ven sometidos afecta su capacidad de convertirse en adultos sanos y equilibrados, causando tanto heridas físicas como profundas cicatrices emocionales.
Plan International nació en 1937, durante la guerra civil española, bajo la creencia de que personas de todo el mundo no verían a la infancia desplazada por el conflicto como “refugiados de guerra” sino como niños y niñas cuyo futuro peligraba. En 1937 y los años siguientes, millones de estadounidenses respondieron esta llamada, demostrando los valores de la Nación y el sentido común de humanidad. Es por eso que Plan International solicita al gobierno de Estados Unidos que siga actuando bajo esos principios y acabe con la práctica injusta e inhumana de separar a las familias en la frontera con México.
Más de dos mil familias han sido separadas de manera forzosa en las últimas seis semanas. Las autoridades estadounidenses han retenido a miles de niñas y niños en condiciones deplorables. Las personas que huyen de sus hogares por la violencia y las crisis humanitarias necesitan apoyo y protección. Estados Unidos debe ofrecer esperanza y oportunidad y evitar que se pierda una nueva generación.