Cada hora, una niña o mujer en Nepal es víctima del tráfico. Sarita ha participado en jornadas de formación que le han permitido transmitir la información a padres y chicas de su comunidad.
Mi nombre es Sarita, tengo 15 años y ocho hermanas mayores, pero sólo dos de nosotras vivimos en casa junto a mi madre.
Me gusta mucho la escuela, ahora tengo cinco asignaturas: inglés, nepalí, administración, contabilidad y económicas; pero mi favorita es contabilidad. Me gustaría opositar a una plaza de funcionaria cuando termine los exámenes finales.
Hace seis meses que empecé a participar en varios de los programas de Plan International contra el tráfico de personas. Me involucré porque realmente siempre quise hacer algo para acabar con el tráfico de niñas y niños. Yo creo que vender a cualquier niña o niño, ya sea dentro de Nepal o a otro país, es tráfico de personas. A las niñas víctimas de tráfico se les explota sexualmente o son forzadas a trabajar muchas más horas de las que pueden soportar, muchas incluso son llevadas a trabajar en grandes fábricas.
Me da mucha tristeza cuando escucho algún caso de una niña víctima de tráfico. Ellas no son sólo el futuro del país, sino también el presente. Así que cuando veo estos casos, temo que mi país nunca pueda desarrollarse y florecer.
Hay muchas personas que vienen para aprovecharse de las familias pobres, son personas malas que les prometen buenos trabajos
Desde que formo parte de esta campaña, he participado en varios cursos de formación sobre derechos de la infancia y el tráfico de personas, así que también he podido difundir la información a muchos padres, niños y niñas.
También he participado en muchos programas de concienciación en mi comunidad y he compartido la información con las chicas del grupo y después hemos hecho piezas de teatro callejero sobre este tema.
Los talleres con los padres también son muy útiles, les permite entender el riesgo de confiar en desconocidos. Hay muchas personas que vienen para aprovecharse de las familias pobres, son personas malas que les prometen buenos trabajos. Además, enseñamos a las chicas qué deben hacer en caso de que caigan en la red de tráfico y cómo pueden salvarse.
Me gustaría decirle a la gente de otros países que la infancia no es sólo el futuro, sino también el presente de un país y si son víctimas de tráfico, eso frena el desarrollo de todo el país. Por eso, acabar con el tráfico es una responsabilidad de todos.