¿Cuál es el papel de los hombres en el activismo por la igualdad de género?

La solidaridad y el entendimiento de la interseccionalidad son esenciales para conseguir objetivos comunes, explica el activista por la igualdad y los derechos del colectivo LGBT, Gonzalo Montano

La respuesta de los hombres al movimiento por la igualdad de género no ha sido uniforme: mientras algunos han manifestado su apoyo, otros se han mostrado claramente antagónicos.

La solidaridad de los hombres y su entendimiento de la interseccionalidad es esencial para conseguir los objetivos comunes, pero hay más formas de que los hombres, niños y personas fuera del espectro binario que apoyan la igualdad de género puedan impulsar este movimiento.

1. RECONOCER SU PRIVILEGIO

Debemos empezar reconociendo el privilegio que significa haber nacido hombre en una sociedad patriarcal. Este sistema históricamente ha colocado a los hombres en el centro de todo, favoreciéndolos y excluyendo a las mujeres.

A menudo no somos conscientes de este privilegio porque es algo que siempre hemos disfrutado y el sistema dicta un equilibrio de poder desigual entre ambos géneros. En algunos países se puede apreciar fácilmente en la esfera política, económica, social y cultural y es un sistema retrógrado que debe cambiar.

2. MOSTRAR SOLIDARIDAD

Aunque tomar conciencia sobre el privilegio masculino y reconocer que las mujeres y niñas enfrentan discriminación ya es un avance, esto solo no ayudará a acabar con la opresión. Es necesario que los hombres se solidaricen con ellas para acabar con las conductas discriminadoras y garantizar que reciben el mismo respeto, disfrutan de las mismas libertades y consiguen la misma autoridad.

3. ENTENDER QUE LA RAÍZ DE LA DESIGUALDAD ES UNIVERSAL

La lucha por la igualdad de género en mi país, El Salvador, no puede seguir la misma ruta que en Paquistán o Reino Unido. El contexto en que ocurre es crucial, pero las causas de la discriminación y la desigualdad son las mismas: roles de género injustos, normalización del abuso y el acoso y la tendencia a menospreciar a las mujeres y niñas para poder mantener el control sobre ellas.

Por ejemplo, el informe (In)seguras en la Ciudad de Plan International destacó la universalidad del acoso en las ciudades, desde Estocolmo hasta El Cairo. Para enfrentar un problema de esta magnitud —la violencia de género ha sido catalogada como una epidemia de proporciones globales— las mujeres y niñas también necesitan aliados masculinos.

4. CUESTIONAR LA MASCULINIDAD TÓXICA 

En todo el mundo, las mujeres son discriminadas por su género. Estos estereotipos también afectan a los hombres reforzando un concepto violento de la masculinidad.

La cara más extrema de la masculinidad ‘tóxica’ o negativa es la discriminación o la violencia hacia el género femenino. En El Salvador, las manifestaciones de violencia social en las calles, los hogares, los espacios de trabajo, las escuelas y los espacios públicos son frecuentes; esto ha generado altas tasas de feminicidio y asesinatos por orientación sexual e identidad o expresión de género de las víctimas.

La masculinidad tóxica también ejerce una presión constante sobre los hombres y un alto nivel de estrés y acumulación de emociones. Estas actitudes misóginas afectan también a los hombres, su equilibrio emocional y sus relaciones interpersonales. En resumen, este concepto de masculinidad no beneficia a nadie.

5. TENER UNA PERSPECTIVA INTERSECCIONAL

En el movimiento por la justicia social, la interseccionalidad se ha convertido en un factor fundamental para avanzar hacia una visión compartida de progreso. La búsqueda de la igualdad debe involucrar a los grupos más vulnerables: las personas con diversidad funcional, minorías indígenas y la comunidad LGBTIQ+.

6. AYUDAR A TRANSFORMAR LAS DINÁMICAS DE PODER

Muchas veces los hombres temen que el empoderamiento de niñas y mujeres les ocasione una pérdida de privilegios, pero realmente la igualdad nos beneficia a todos. Por ejemplo, la distribución de los cuidados y las tareas domésticas puede resultar en relaciones más satisfactorias y felices. En el ámbito laboral, una mayor igualdad de género llevaría a una mayor productividad y satisfacción para todos.

Dejar de comportarse con superioridad no es suficiente. Los hombres debemos ser aliados en la lucha contra la discriminación y el abuso y ayudar a crear un nuevo estereotipo de masculinidad que acabe con los miedos y la resistencia de muchos hombres. También podemos mostrar que preocuparnos por el bienestar de los demás no es una característica únicamente femenina.

7. APOYAR A NIÑAS Y CHICAS JÓVENES EN SU LIDERAZGO 

Desafortunadamente, los hombres siempre hemos tendido a subestimar la capacidad de las mujeres y las niñas para generar cambios que beneficien a toda la comunidad. Por lo tanto, nuestro papel debe ser el de compartir con el liderazgo femenino los espacios que el patriarcado nos ha reservado en exclusividad.

La igualdad de género no es solo un derecho fundamental sino una base necesaria para llegar a un mundo justo y próspero. La lucha conjunta por la igualdad y la justicia es la única manera de construir una sociedad igualitaria.